El que fuera director de Investigaciones de la Policía de Buenos Aires, Miguel Etchecolatz, condenado por delitos de lesa humanidad durante la dictadura argentina, ha muerto este sábado a los 93 años de edad.
El fallecimiento se produjo en una clínica privada donde estaba internado desde hace varias semanas por problemas de salud.
Etchecolatz, considerado como uno de los principales ejecutores de la dictadura fue condenado a nueve cadenas perpetuas. Todas por delitos de lesa humanidad que incluyen secuestros, asesinatos, torturas, desapariciones y robo de bebés.
La muerte del represor la confirmó la abogada Guadalupe Godoy ante el Tribunal Oral Federal N°5. Godoy era una de las abogadas que estuvo al frente de la querella contra el represor por la desaparición en 2006 de Jorge Julio López.
Un albañil cuyo testimonio contra Etchecolatz, al que describió como «un asesino en serie sin compasión», resultó fundamental durante el proceso. Durante la dictadura, Etchecolatz ejerció como jefe directo de los al menos 21 centros clandestinos de detención que hubo en la Provincia de Buenos Aires en los años de la dictadura.
El dolor de Argentina
«Falleció Etchecolatz, sin decir adónde están», ha lamentado Godoy en su cuenta de Twitter sobre los aproximadamente 30.000 desaparecidos de la dictadura. El represor cumplía todas sus condenas en la Unidad Penal que funciona en Campo de Mayo, a pesar del último fallo de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal que le había otorgado el estado de arresto domiciliario.
Rubén López, hijo de Jorge Julio López. Lamentó que el represor «haya muerto sin decir dónde están» muchos de los desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.
Con información de Europa Press.