El bombardeo, dirigido supuestamente a eliminar al jefe militar del grupo islamista Hamás, Mohamed Deif, se llevó a cabo en un área designada por las fuerzas israelíes como «zona humanitaria». Esta zona, ubicada al oeste de la ciudad de Jan Yunis, había sido establecida a principios de mayo durante la operación militar en Rafah.
El Ejército israelí ha defendido su ataque, afirmando que el lugar era un complejo de Hamás situado en una zona abierta, rodeada de árboles y edificios, y no en las inmediaciones de las tiendas de campaña donde se albergan miles de desplazados. Según las fuerzas israelíes, el ataque tenía como objetivo a un gran número de milicianos que se congregaban en el complejo, incluido Rafaa Salameh, comandante de la brigada de Jan Yunis.
Aún se desconoce si Mohamed Deif y Rafaa Salameh fueron alcanzados en el ataque, así como el estado de salud de ambos.
En un contexto tenso, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha convocado una rueda de prensa esta noche, marcando su primera comparecencia ante la prensa israelí desde marzo. La situación sigue siendo crítica y el número de víctimas continúa en aumento.
La embajada de Palestina en Uruguay señaló días atrás en un comunicado que, según un análisis conservador, «hasta 186.000 o incluso más muertes podrían ser atribuibles al conflicto actual en Gaza», considerando una relación de cuatro muertes indirectas por cada muerte directa de las 37.396 reportadas.
Esto representaría aproximadamente el 7,9% de la población de Gaza, estimada en 2.375.259 en 2022.
SI LOS CIVILES SE SIGUEN MEZCLANDO CON LOS TERRORISTAS ESTO E LO QUE PASA
LA PROXIMA VEZ QUE QUIERAN ATACAR A ISRAEL VAN A RECORDAR EL PRECIO