El pasado 9 de octubre, la residencia del Embajador de España en Uruguay, Javier Salido Ortiz, se convirtió en un escenario vibrante para la celebración del Día Nacional de España. La atmósfera era cálida y acogedora, reflejando la profunda conexión entre dos naciones que comparten historia y cultura.
El evento comenzó con la interpretación del himno de la República Oriental del Uruguay, marcando el inicio de una velada que prometía ser memorable. Desde ese momento, el embajador se destacó por su estilo afable y su humor encantador. Con una sonrisa genuina, comenzó a compartir anécdotas sobre sus ocho meses en Uruguay, donde ha descubierto que los uruguayos son apasionados no solo por el fútbol, sino por la riqueza de su gastronomía. “Si hay algo que une a las personas, es una buena comida y una charla amena”, afirmó, generando risas y complicidad entre los asistentes.
A medida que la noche avanzaba, el embajador expresó su agradecimiento a las empresas patrocinadoras y al equipo de la embajada por su incansable apoyo. Mencionó a Juan y María, quienes han sido fundamentales en la organización del evento, y también dedicó palabras de reconocimiento al Servicio Meteorológico uruguayo, que hizo posible una velada perfecta. “Si no hubiera sido por su pronóstico, quizás estaríamos celebrando bajo la lluvia”, bromeó, provocando sonrisas entre los presentes.
El discurso del embajador fue un reflejo del intenso trabajo diplomático que ha caracterizado su gestión. Habló con orgullo sobre la visita del rey de España, la llegada del buque escuela Juan Sebastián Elcano y la reciente visita del Presidente del Gobierno. En cada relato, se notaba su compromiso por fortalecer la relación bilateral. “No se trata solo de acuerdos y tratados, sino de construir puentes entre las personas”, enfatizó, subrayando la importancia de las conexiones humanas.
Al finalizar su discurso, se llevó a cabo un sorteo de pasajes aéreos, lo que generó gran entusiasmo entre los presentes. La velada continuó con una invitación a degustar una exquisita selección de comida, mientras se disfrutaba de un ambiente musical variado que mantuvo la energía y el espíritu festivo.
La esencia del embajador se hizo evidente en sus palabras, que estaban impregnadas de emoción y sinceridad. Al hablar de su familia y su llegada a Uruguay, manifestó su gratitud por la cálida acogida que él y su esposa han recibido. “En cada rincón de este país, siento que los españoles y uruguayos comparten un mismo hogar, donde la rambla de Montevideo se convierte en un lugar de encuentro y alegría”, reflexionó, invitando a todos a disfrutar de lo mejor de ambos mundos.
Con un ambiente de camaradería y entusiasmo, la celebración transcurrió entre conversaciones, risas y un sentido de comunidad palpable. El embajador, con su humor y empatía, logró tocar corazones y fortalecer lazos, dejando en todos los presentes un sentido de pertenencia. Diario la R estuvo presente en este encuentro memorable, reafirmando la importancia de cultivar relaciones auténticas en un mundo cada vez más interconectado.
