Se realizó ayer la inauguración del Centro Cultural Casa Natal de Artigas, ubicada en la esquina de Colón y Cerrito. En ese lugar nació José Artigas delc ual ayer se celebraron 260 años de su natalico.
El intendente (interino) de Montevideo, Federico Graña afirmó que este espacio se transformará en un símbolo vivo de la memoria y la esperanza «porque allí nació un gigante, un hombre que encendió la llama de la libertad en el pueblo oriental» y agregó que su legado fue luchar por «una patria justa, soberana e igualitaria» para que hoy estemos «entre el pasado que nos define y el futuro que nos desafía».
El jerarca comunal expresó que «este será un lugar de encuentro, de reflexión y de compromiso donde nuevas generaciones podrán encontrar inspiración en sus ideas y en la gesta heroica de los orientales» y explicó la decisión de elegir una frase emblemática de Artigas para que figure en la fachada del Centro Cultural: «Nada podemos esperar sino de nosotros mismos», palabras que el prócer escribió en una carta a Martín de Güemes en 1816 ante la inminente invasión del ejército portugués, la traición del gobierno centralista de Buenos Aires y el entreguismo de las elites montevideanas que no querían perder sus privilegios y apoyaron la invasión lusitana.
Graña destacó el legado de Artigas que encendió el fuego de la autodeterminación y de la convicción de que nuestro destino no está escrito sino que somos nosotros mismos quienes tenemos la responsabilidad de construirlo y afirmó que una de las profundas enseñanzas de la lucha artiguista radica en que «no es posible la existencia de un proyecto colectivo, de una comunidad, de una patria verdadera, si una elite está dispuesta a entregar su soberanía con el fin de defender sus privilegios y no el destino de su pueblo». Al culminar si discurso, Graña reflexionó sobre la noción de patria que no es «la de los monumentos y los bronces porque para muchos de nosotros y nosotras la patria es otra cosa: son nuestras esquinas, plazas, canciones, amores, afectos, sueños e ideas» y finalizó renovando el compromiso de «construir la capital de la esperanza con el más importante de tus legados, construir una patria donde los más infelices sean los más privilegiados».
