El presidente del Inau, Pablo Abdala, se mostró conforme sobre como viene funcionando el sistema de adopciones, el cual tuvo un cambio radical tras la aprobación de la Ley de Urgente Conisderación.
Abdala dijo que «en materia de adopciones, creo que venimos procesando un conjunto de cambios muy satisfactorio y el país en ese sentido ha encontrado una senda positiva».
Entrevistado por el programa“Panorama 1410” que se transmite por Radio La R 1410 AM y Tele R a través de Antel TV de lunes a viernes a las 10 y 12 horas señaló que el año pasado se efectuaron 151 integraciones (adopciones), siendo por segundo año consecutivo la cifra más alta de los últimos 20 años. En 2021 se había llegado a 125.
Para el presidente del Inau que «el proceso de opción es complejo, no es lineal y hay etapas que se cumplen en la justicia. La declaración de adoptabilidad del niño, la da la justicia y si no autoriza que el niño sea dado en adopción, no hay adopción posible. Porque para la adopción es necesario y eso ocurre como establece el Código que se han roto definitivamente los vínculos con la familia original». La LUC acortó los plazos de adopción. El proceso llevaba antes de la ley dos, tres y hasta cuatro años, y por la ley el plazo máximo es ahora de 18 meses. Los niños que están en condiciones de adoptabilidad, según lo determina la Justicia, son entre 400 y 450.
Pero Abdala señala que la mayoría de ellos son grandes. «Ahí tenemos un enorme desafío. Una gran debilidad que todavía esa no la hemos podido superar que es histórica y que tiene que ver con patrones culturales». Es que las familias aspiran a adoptar a niños recién nacidos, o niños hasta 3 años. La situación cambia después de los 5 años y se complica aún más desde lo 10 años de edad.
De las 151 adopciones del año pasado, 11 son niños de más de 8 años y la enorme mayoría de 0 a 3 años. «Muchas veces las familias se plantean la posibilidad de incorporar niños más grandes y hasta llegan al INAU con esa intención. Pero se empiezan a desalentar o empiezan a dudar de esa alternativa porque le surgen temores y dudas que son totalmente comprensibles y humanas. Son niños más grandes que se supone que ya son conscientes de su realidad» acotó Abdala. No obstante indica que «la experiencia que tenemos es que cuando las adopciones de niños más grandes se dan, los resultados también son muy satisfactorios, y las cosas funcionan tan bien como en el caso de los recién nacidos». Y la conclusión de esto es que esos niños aunque son más grandes tienen el deseo instintivo que tendría cualquiera de nosotros y que tiene cualquier ser humano que es de vivir en familia, según señala.
Otras competencias
Abdala también hizo referencia a las competencias del Inau indicando que es una de las instituciones más grandes del Estado. «Tenemos 142 hogares o residencias, gestionadas directamente o gestionadas por la sociedad civil en convenio con Inau. Además 550 centros de primera infancia, de ellos 470 CAIF. A esto le sumamos 165 clubes de niños, tenemos 140 centros juveniles para adolescentes de 13 a 18 años y atendemos y tenemos vínculos diariamente con 100.000 niños y adolescentes». Además también dijo que se atienden a 530 adultos adultos mayores de 18 años, que no tienen a nadie y se criaron dentro del Inau. En este sentido se está concretando un acuerdo con el Mides para que sea este quién se hago cargo de estas personas. Inau también tiene un cuerpo inspectivo de Espectáculos Públicos y se regula el trabajo infantil.
Un aspecto que preocupa y se ha venido incrementando es la violencia hacia los niños. En este sentido el Inau integra un organismo, el Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia, junto a otras instituciones, entre la que está el Ministerio Interior, el Mides y al Fiscalía.
También integra el Comité para la erradicación de la explotación sexual comercial y no comercial de niños y adolescentes. En este sentido Abdala dijo que la explotación sexual de niños y adolescentes «es algo muy compleja. Porque la explotación sexual de adolescentes mujeres, en particular, ha crecido mucho en los últimos tiempos y esto atraviesa la sociedad y las clases sociales». «Yo creo que es bueno que los uruguayos entendamos que con relación a eso, tenemos un problema y tenemos una realidad que que rompe los ojos que no podemos disimularla ni hacer de cuenta que no pasa y por lo tanto contribuir a enfrentarla» acotó.
