Con un discurso inaugural del presidente chino Xi Jinping, se celebró en Beijing el 30º aniversario de la Conferencia Mundial de Líderes sobre la Mujer, un evento coorganizado por la República Popular China y ONU Mujeres. Durante su intervención, Xi presentó una serie de propuestas orientadas a impulsar el desarrollo integral de las mujeres y a fomentar una mayor participación femenina en la vida política, económica y social del país y del mundo.
El encuentro (que se desarrollará entre el 13 y el 14 de octubre) busca dar continuidad al legado histórico de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995, celebrada también en la capital china, y que dio origen a la célebre Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, considerada como “la hoja de ruta más completa para alcanzar la igualdad de género a nivel global”
En su discurso, Xi Jinping señaló que el progreso de las mujeres es un indicador esencial del desarrollo humano y que su papel en la construcción de sociedades modernas, sostenibles y pacíficas es “insustituible”. Según el mandatario, las propuestas chinas fueron presentadas para “construir un consenso más amplio, abrir caminos más amplios y tomar acciones más prácticas para esta causa, ya que el desarrollo integral de las mujeres aún enfrenta desafíos complejos.”
El presidente instó a los líderes presentes a aunar esfuerzos internacionales para generar un entorno que permita a las mujeres “crecer, innovar y participar plenamente en la vida pública”. “Su desarrollo integral solo puede lograrse bajo la premisa de paz y tranquilidad.” En ese sentido, subrayó la necesidad de fortalecer la protección de mujeres y niñas en regiones afectadas por la guerra, la pobreza o los desastres naturales, y de reconocer su papel vital en la prevención de conflictos y la reconstrucción de comunidades.
El mandatario también destacó que el mundo aún enfrenta “grandes desigualdades estructurales que frenan el avance femenino, especialmente en los países en desarrollo, donde la brecha salarial, la falta de acceso a la educación y la escasa representación política siguen siendo desafíos persistentes”. “Debemos aprovechar la innovación científica y tecnológica para potenciar el desarrollo de alta calidad de las mujeres”, sostuvo, y añadió que las políticas públicas deben permitirles desempeñar “un papel aún más importante en la transición hacia economías verdes y sostenibles”.
La cumbre reunió a decenas de jefas de Estado, primeras ministras y líderes internacionales, consolidando a Beijing como un centro de diálogo global sobre igualdad de género. Entre las invitadas destacaron la primera ministra de Sri Lanka, Harini Amarasuriya; la presidenta de Islandia, Halla Tomasdottir; la primera ministra de Mozambique, Maria Benvinda Levi; la presidenta de la Mancomunidad de Dominica, Sylvanie Burton; la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed; y Sima Bahous, secretaria general adjunta de la ONU y directora ejecutiva de ONU Mujeres. También asistió la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, junto a líderes parlamentarios, ministros, representantes de organizaciones internacionales y figuras destacadas del ámbito académico y social.
Durante las sesiones, se debatieron políticas y estrategias para cerrar la brecha de género en la educación y el empleo, impulsar el liderazgo político de las mujeres, fortalecer los mecanismos de protección social y garantizar condiciones equitativas en el acceso a la tecnología y la innovación. Asimismo, se hizo énfasis en la necesidad de incorporar la perspectiva de género en los procesos de desarrollo sostenible y en la gobernanza global.
El evento también busca enviar un mensaje de unidad internacional en un contexto marcado por tensiones geopolíticas, crisis climáticas y desigualdades persistentes. Desde Beijing, los líderes reafirmaron su compromiso con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU y, en particular, con el Objetivo 5, que apunta a “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”.
La reunión, que culminará este martes 14 de octubre, busca representar un nuevo hito en el desarrollo de la mujer a nivel mundial, ofreciendo un espacio de consenso y cooperación entre gobiernos, organismos internacionales y sociedad civil. Con su lema “Construir juntos una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”, el foro reafirma el espíritu de Beijing 1995 y actualiza su mensaje a los desafíos contemporáneos: un mundo donde la igualdad de género ya no sea una aspiración, sino una realidad palpable.
