El 1 de octubre de 1949, el presidente Mao Zedong proclamó solemnemente la fundación de la República Popular China en la Torre de la Plaza Tiananmen, día en que el pueblo chino, que representaba una quinta parte de la población mundial, se despidió de una sociedad semifeudal y semicolonial, y de una historia centenaria llena de humillaciones. A lo largo de los últimos 75 años, China ha creado milagros de mantener una estabilidad social constante y un rápido desarrollo económico, pasando de ser el país más pobre del mundo a la segunda economía más grande, erradicando por completo el analfabetismo y la pobreza absoluta, mientras estableciendo el sistema industrial y de seguridad social más amplio del mundo. Hoy en día, el pueblo chino está marchando por el camino del socialismo con características chinas hacia una nueva era bajo la dirección del Partido Comunista de China. La Tercera Sesión Plenaria de su XX Comité Central, celebrada hace poco, aprobó una resolución sobre la profundización integral de las reformas y la promoción de la modernización al estilo chino. Nuestro objetivo consiste en que el PIB per cápita alcance el nivel promedio de los países desarrollados para el 2035, la clase media pasando de los 400 millones actuales a 800 millones y construir un país socialista modernizado próspero, democrático, civilizado y armonioso para el 2049, cuando llega el centenario de la Nueva China.
La paz y el desarrollo predominan la tendencia de la historia contemporánea, así como la melodía principal de la diplomacia china. Hace 70 años, el entonces Primer Ministro Zhou Enlai propuso los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, a saber, el respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial, No agresión el uno al otro, No interferencia en los asuntos internos de cada uno, Igualdad y beneficio mutuo y coexistencia pacífica, en la Conferencia de Bandung, los cuales han sido ampliamente adoptados por la comunidad internacional. Desde los años 1978, China ha implementado de manera rotunda la reforma y apertura y está dispuesta a compartir sus logros de desarrollo con otros países del mundo. Como resultado, se ha convertido en el mayor socio comercial y el mayor mercado para más de 140 países. En los últimos años, tras la iniciativa La Franja y la Ruta, el Presidente Xi ha propuesto sucesivamente iniciativas de desarrollo global, de seguridad global y de civilización global, contribuyendo así con la sabiduría china para resolver los problemas de la paz y el desarrollo mundiales, lo cual ha sido aplaudido y apoyado ampliamente por los países. China siempre ha sido y será la salvaguardia de la paz mundial, contribuyente al desarrollo global y defensor del orden internacional.
Hay un dicho en chino que es, la distancia no puede separar el amigo que aún vive lejos pero entiende tu corazón. A pesar de que China y Uruguay están a casi 20 mil kilómetros de distancia, a lo largo de los últimos 36 años de relaciones diplomáticas, con los esfuerzos continuos de ambos gobiernos y el apoyo activo de los sectores sociales, los dos países se han convertido en un modelo ejemplar en la convivencia amistosa entre diferentes ideologías, la cooperación beneficiosa entre economías de diferentes tamaños y los intercambios entre diferentes culturas. El noviembre pasado tuve el honor de acompañar al Presidente Lacalle Pou en su visita de Estado a China, siendo testigo del anuncio conjunto de los dos Jefes de Estado de elevar a la Asociación Estratégica Integral y de la firma de 25 proyectos de cooperación entre las dos partes. Vale la pena mencionar que, Uruguay, siendo presidente pro tempore del Mercosur, impulsó la celebración del VII Diálogo China-Mercosur. Quisiera aprovechar la ocasión para expresar el aprecio y agradecimiento a la parte uruguaya por adherirse al principio de una sola China y promover activamente la cooperación entre China y América Latina.
He tenido la suerte de trabajar dos veces en Uruguay y he desarrollado una relación profunda con este hermoso país y su gente cariñosa. Estoy convencido de que la enorme complementariedad económica entre los dos países es irremplazable y las perspectivas de cooperación futura son ilimitadas. Con motivo del 75º aniversario, Deseo mucha prosperidad para China y Uruguay, y la amistad entre los dos países durará para siempre.
Huang Yazhong
Embajador ante Uruguay de la
República Popular China.