Civila destacó que no se sancionó a los dirigentes que desacataron a la mayoría

“El Partido no expulsó ni sancionó a ningún/a compañero/a por desconocer resoluciones partidarias vinculadas a los temas que generaron polémica interna”, acotó el secretario general del PS, diputado Gonzalo Civila a la hora de rendir cuentas ante el Congreso.

Civila destacó que hubo una “instrumentación de un trabajo serio en torno a la autocrítica, en un proceso participativo y con conclusiones relevantes” y destacó una transición generacional y recambio de las y los principales referentes públicos del PS. 

Asimismo, destacó el “ordenamiento definitivo de las finanzas partidarias y distribución de los

recursos en función de criterios claros, transparentes y descentralizadores” y la apertura, con énfasis en la lucha social y en el vínculo con las militancias sociales, “generando espacios de afinidad y cooperación con militantes y referentes cercanos a los valores y las ideas socialistas

Respeto irrestricto a las decisiones de las Departamentales en los ámbitos de su competencia”.

También consideró entre las “luces” un “stilo de conducción no caudillista ni corporativo, el “inicio del proceso de construcción de una nueva política de alianzas, con perfil ideológico y programático, pero con flexibilidad territorial”.

“Trabajo colectivo y bien organizado en ámbitos nacionales del FA”, recalcó Civila para enmarcar el “funcionamiento de un equipo comprometido en responsabilidades fundamentales de la conducción partidaria”.

Entre las “sombras”, el secretario general afirmó que hubo dificultades para la construcción de la línea “de abajo para arriba”, diferencias sustantivas y públicas sobre la orientación; persistencia de dinámicas basadas en personalismos y círculos de afinidad.

Señaló la incapacidad de equilibrar viejos y nuevos liderazgos, debilidad organizativa en los movimientos sociales, dificultades para encontrar un justo equilibrio entre el respecto a las decisiones de cada Departamental y el abordaje central de problemas graves en varios territorios.

Otras sombras fueron señaladas por Civila fueron la dificultades para trascender bloqueos en la llegada del mensaje público; compromiso escaso de algunas secretarías y militantes, fundamentalmente quienes no se sintieron identificados o motivados con la orientación y las decisiones adoptadas. 

“Los cambios que impulsamos, en los que creemos y que defendimos en cada Congreso partidario durante muchos años, no podían no generar grandes cimbronazos internos”, dijo. 

“Y, como sucedió en otros momentos de fuerte transformación partidaria, los golpes fueron muchos: conformación de nuevos grupos fuera del Partido, bajas en las listas, candidaturas de compañeros socialistas por fuera de las resoluciones partidarias, desafiliaciones, indisciplinas”.

“Conscientes de esta realidad promovimos marcos de flexibilidad en la aplicación de las normas referidas a la disciplina partidaria y desalentamos la resolución de cualquier conflicto político por la vía punitiva. El Partido no expulsó ni sancionó a ningún/a compañero/a por desconocer resoluciones partidarias vinculadas a los temas que generaron polémica interna”.

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