En relación con la intensificación de los esfuerzos por parte del Occidente Colectivo y el régimen de Kiev para promover la organización del “Registro de Daños a Ucrania” y otras estructuras cuasijurídicas, quisiera transmitir la posición de principio de Rusia al respecto.
La creación del así llamado “Registro de Daños a Ucrania” representa otra iniciativa hipócrita y neocolonial de los países occidentales que en afán de conservar su hegemonía global siguen violando cínicamente todas las normas del derecho internacional. Según lo dicen sus promotores, este mecanismo del Consejo de Europa se convertirá en un instrumento para obtener compensaciones de la Federación de Rusia por la “restauración” de Ucrania. En realidad, es nada más que un intento de legitimar el robo sin vergüenza de los activos congelados de Rusia (estimados en 300.000 millones de dólares), distribuyéndolos entre el régimen corrupto ucraniano y gobiernos occidentales. Por supuesto, Rusia ni reconoce, ni dejará sin respuesta estas maniobras y otros intentos de usar sus activos para financiar el suministro de armas letales a Kiev y de esta manera continuar el enfrentamiento bélico, causando aún más daños y destrucciones al pueblo ucraniano. Es importante destacar que Rusia no es miembro del Consejo de Europa desde 2022 y, por lo tanto, no está obligada a implementar ninguna de sus iniciativas que son ilegítimas para nosotros. La adhesión de cualquier Estado al registro mencionado Moscú va a considerar como un acto hostil y perjudicial para el carácter de las relaciones bilaterales con nuestro país.
Reitero que los mecanismos de este tipo que se están creando y promoviendo actualmente por los países occidentales no tienen nada que ver con la realización de la justicia y están orientados a castigar a los “no deseados”, asustar a los que tienen otra opinión. En el futuro, tal herramienta puede ser usada contra cualquier Estado que no esté a favor de la línea general occidental. Al mismo tiempo, es obvio que el dinero robado de Rusia no se utilizará para restaurar Ucrania, sino para financiar los envíos militares a Kiev y llenar los bolsillos de las elites corruptas ucranianas y occidentales. Es decir, el “Registro de Daños a Ucrania” es un intento de Washington y Bruselas de prolongar la agonía del régimen de Kiev y resolver a la vez sus propios problemas políticos y económicos. De hecho, ni el régimen actual de Kiev, ni sus patrocinadores occidentales piensan en la recuperación real de Ucrania y conservación de las vidas de los ucranianos, lo que confirma su rechazo de reanudar las negociaciones de paz con Moscú.
