Este lunes ha tenido lugar la primera de las tres sesiones del juicio a Daniel Alves da Silva, mejor conocido como Dani Alves, ex jugador de fútbol de equipos como el Barcelona de España y de la Selección Brasileña de Fútbol, El atleta está acusado de haber agredido sexualmente a una joven de 23 años, el pasado 30 de diciembre de 2022, en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona.
En la sesión se ha podido ver al futbolista por primera vez desde que ingresó en el centro penitenciario de Brians de Cataluña. Después de pasar previamente por el calabozo de la Audiencia de Barcelona, se ha sentado en el banquillo de los acusados.
A pesar de las conversaciones previas antes del comienzo del juicio entre ambas partes, Inés Guardiola (defensa de Alves) y Ester García (abogada de la víctima), no ha habido un pacto, y han comparecido ante el Tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona.
Una sesión en la que la acusación particular ha presentado diferentes pruebas: un documento de la baja laboral de la víctima, vigente hasta hoy; entrevistas de enero de 2023 para rebatir la atenuante de vulneración de derechos fundamentales; y la demanda interpuesta por la denunciante por la difusión de las imágenes que hizo la madre del futbolista, Lucía Alves.
El equipo de la defensa de Alves, liderado por Inés Guardiola, por su parte, ha presentado sus alegaciones por vulneración de derechos fundamentales y un juicio justo, señalando que “se ha realizado un juicio paralelo” contra el futbolista, sin respetar la presunción de inocencia. Además, han reclamado la suspensión del juicio, lo cual ha sido denegado por el tribunal, mientras que la otra petición, de que el cliente declare en último lugar, sí ha sido aprobada.
Mientras que las declaraciones de la demandante se realizaron a puerta cerrada, para no revelar la identidad de la misma.
Alves, exjugador, entre otros equipos, de Sevilla FC y FC Barcelona, está en prisión provisional por esta causa desde el 20 de enero de 2023, y se enfrenta a una petición por parte de La Fiscalía de nueve años de prisión para el exjugador del PSG por un supuesto delito de «agresión sexual con penetración», además del pago de una indemnización de 150.000 euros (unos 162.000 dólares) a la mujer y otra década de libertad vigilada tras cumplir la condena.