Gritos, vuvuzelas y mucha emoción había entre las familias, amigos y trabajadores que esperaban ansiosos que rodara la pelota en el campo. Una ola de mates y bebidas frías se observaban entre los hinchas, mientras vitoreaban atentos a la salida de los jugadores a la cancha.
Los primeros quince minutos del partido resultaron cerrados mientras que la hinchada que los observaba desde la explanada alentaba al grito de “Soy celeste”.
Corea, todavía sin llegar al arco continuó a la defensiva y se lo vio más cómodo con el partido. Luego de unos remates sin éxito terminó el primer tiempo sin romper el marcador por ninguno de los dos equipos.
En el entretiempo, el público que estaba disfrutando del partido en la explada de la IMM se cubrió del sol mientras los vendedores de banderas, camisetas y gorros aprovecharon la facilidad de movilización que les ofrecía el tiempo de descanso.
Al comienzo del segundo tiempo, el lugar, se encontraba con más personas que lograron llegar para ver la segunda parte del partido.
Los hinchas celestes, expectantes, no le quitaban la vista a la pantalla y se escuchaban gritos de aliento para los jugadores en esta segunda parte.
Los cambios que se realizaron en el equipo de Uruguay fueron bien recibidos y la gente seguía esperando gritar el gol celeste.
Pero luego de culminar los 90 minutos, el partido finalizó sin goles y la selección volvió a los vestuarios con el gusto amargo de no haber concretado los tres puntos.
Los hinchas por su parte dijeron que “esperaban más” de Uruguay en su debut y que aguardan que el partido contra Portugal el próximo 28 de noviembre corone a Uruguay como ganador. Sin embargo, a pesar de sentir que “no pusieron toda la garra que podían” destacaron la actuación de Federico Valverde con su juego dentro del partido.