El tenista suizo Roger Federer, ganador de 20 ‘Grand Slams’ y considerado uno de los más grandes de este deporte, disputó este viernes su último partido, saldado con una derrota, seguramente más simbólica en lo anímico, junto al español Rafa Nadal en su partido de dobles de la Copa Laver 2022.
No pudo tener la despedida deseada el de Basilea, al que los problemas físicos le han impedido intentar alargar algo más una tremenda carrera. Con 41 años cumplidos en agosto, jugó por última vez ante un O2 Arena de Londres, una ciudad con la que tiene un vínculo especial, sobre todo por los ocho Wimbledon que conquistó.
El recinto londinense se entregó con el exnúmero uno del mundo, sumido en las lágrimas tras caer junto a su amigo y gran rival en el doble ante los estadounidenses Jack Sock y Frances Tiafoe tras más de dos horas.
Federer tuvo saque, una de sus mejores armas junto a su poderoso ‘drive’ y su elegante y letal volea, para haber dado el punto al equipo de Europa, pero finalmente la victoria cayó del lado del equipo internacional por 4-6, 7-6(2) y 11/9.
A partir de ahí, las emociones se desataron para el de Basilea, acompañado en la grada por su familia. Habitualmente, con temple, Federer no pudo evitar las lágrimas cuando fue agasajado por sus compañeros de equipo, rivales y por una grada que no cesó de apoyarle con el ‘Let’s go Roger, let’s go’ (‘Vamos Roger, vamos’).
Codo a codo con un viejo rival
A su lado, también emocionado, un Rafa Nadal que lo dio todo para intentar ayudar a que su amigo tuviese una despedida al menos con una victoria. El balear, en su primer partido tras caer en el US Open precisamente ante Tiafoe, sostuvo casi siempre al dúo, apoyado en un ritmo que no acompañó a su compañero, que llevaba 15 meses sin jugar un partido oficial y al que le costó en ocasiones, aunque dejó algún golpe maestro o que lo pareció, como la bola que pasó por un agujero entre la red y el soporte..
Tras las victorias del griego Stefanos Tsitsipas ante el argentino Diego Schwartzman (6-2, 6-1) y del noruego Casper Ruud ante Jack Sock (6-4, 5-7, 10/7), en la pareja que reúne 42 ‘grandes’ estaba la opción de dar a Europa una ventaja de 3-1 para el sábado tras la remontada del australiano Alex de Miñaur ante el escocés Andy Murray (5-7, 6-3, 10/7).
Pese a estar lejos de su mejor nivel, sobre todo Federer, la pareja elegida por Bjorn Borg supo contrarrestar a los americanos, liderados por un Sock que demostró ser un gran doblista. Un ‘break’ con 5-4 dio la primera manga al suizo y al español, pero sus rivales no quisieron unirse a la ‘fiesta’ y siguieron dando ‘guerra’ en una segunda manga donde no aprovecharon una rotura inicial ni seis pelotas de rotura con 5-5.
Finalmente, los estadounidenses fueron más sólidos en el ‘tie-break’ para llevar la despedida a la máxima emoción posible en el ‘match tie-break’. Ahí, Nadal y Federer no supieron controlar su ventaja inicial, pero con algún golpe de genio, el suizo se dio la oportunidad de cerrar el choque con 9/8 y saque. No lo aprovechó y llegó la hora del adiós y del homenaje.
«Ha sido un día maravilloso, no estoy triste»
«Superaremos esto de alguna manera. Ha sido un día maravilloso. Les dije a los muchachos que estoy feliz y no triste. Es genial volver a estar aquí, disfruté atándome los cordones de las zapatillas una vez más, todo fue la última vez», señaló Federer en la pista, donde no pudo evitar continuar emocionándose.
El de Basilea aseguró que no notó «tanto el estrés» de saber que estaba jugando su último choque y confesó que «el partido fue genial». «Jugar con Rafa y tener aquí a todas las leyendas, gracias», añadió el suizo.
«Todos están aquí, los niños y las niñas, y mi esposa, que ha sido un gran apoyo. Podría haberme detenido hace mucho, mucho tiempo, pero no lo hizo. Ella me mantuvo activo y me permitió jugar, así que es increíble, gracias. Gracias a mis padres, han sido increíbles. Hay demasiadas personas a las que agradecer, ha sido increíble», sentenció uno de los más grandes de la historia del tenis.