El hombre, de 48 años, ha sido condenado por haber utilizado su posición como agente de la Policía para llevar a cabo una «campaña de terror» contra las mujeres durante 17 años.
Así, un juez ha señalado que tendrá que permanecer al menos 32 años encarcelado antes de que se pueda considerar siquiera su puesta en libertad.
La jueza Cheema Grubb ha señalado que el acusado se comportó durante décadas «como si fuera intocable». «Durante años se te demostró que estabas en lo cierto», ha lamentado antes de hablar de una «abuso de poder monstruoso» por su parte, lo que le dio un poder «excepcional de control».
Además, lo ha acusado de «traicionar su juramento de proteger a la población».
Carrick había admitido su culpabilidad en relación con 85 delitos que incluyen agresiones sexuales y violaciones, entre otras. En total, se estima que atacó a 12 mujeres entre 2003 y 2020 cuando trabajaba como policía, según informaciones del diario ‘The Guardian’.
El Cuerpo de Policía ha indicado ahora que «nunca debió ser agente» dadas las quejas presentadas por mujeres, si bien se «falló a la hora de entender el peligro que suponía» para estas.
El caso ha llevado al propio primer ministro británico, Rishi Sunak, a prometer reformas para evitar que se repita. Junto al jefe de Scotland Yard, Mark Rowley, Sunak se ha comprometido a tomar medidas para evitar que casos «absolutamente despreciables» como el de Carrick puedan volver a repetirse, así como para que sujetos como él no tengan «ningún lugar donde esconderse».
En ese sentido, ha pedido a la Policía que aborde los fallos que se han cometido para restablecer «la confianza entre el público», y en especial entre las mujeres y niñas. «El abuso de poder que hemos visto es absolutamente despreciable y debe abordarse de inmediato», recalcó.