La Justicia dictó condena contra el policía retirado Alejandro Ferreira por los delitos de tortura cometidos durante la dictadura en el centro clandestino Los Vagones, ubicado en Canelones.
Los delitos por los que Ferreira oyó condena fueron tortura, lesiones graves, abuso de autoridad contra los detenidos y privación de libertad. Por estos ilícitos tendrá que cumplir con una pena de nueve años y cuatro meses de prisión efectiva.
Los Vagones fue un recinto que funcionó en el barrio Olímpico de Canelones, donde instalaron dos vagones de carga de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) para trasladar hasta allí a víctimas que recluyeron de manera clandestina para torturar.
En esta causa, además de Ferreira, estuvieron investigados otros dos efectivos: el director de Investigaciones de la Policía canaria durante esa época, Hugo Guillén, y el oficial Winston Vitale. Ambo ya fallecieron.
El director de comunicación de la Fiscalía General de la Nación, Javier Benech, destacó que este fue el primer juicio oral por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en el país según el nuevo Código de Proceso Penal. Benech indicó que durante el proceso se constató que se llevó a cabo un plan “sistemático de persecución” contra miembros del Partido Comunista del Uruguay, así como otros militantes del Frente Amplio.
El fiscal de la causa, Ricardo Peciballe, pidió esta pena, pero no imputó pro el delito de tortura, debido a que este no existía en el momento de los hechos. No obstante, el juez Héctor Iriarte consideró que se le debía condenar por ese delito a que había pruebas para ello.