El dolor se hizo evidente hace cinco meses, cuando el papa Francisco comenzó a evitar ponerse de pie. “Un ligamento inflamado en la rodilla”, dijo el Papa, señalando que la condición es común entre los ancianos. Lo describió como un problema que pronto pasaría. Pero a fines de abril, dijo que su rodilla derecha “todavía no se curaba”. Poco después, estaba usando una silla de ruedas.
Y aunque la dependencia del Papa de una silla de ruedas es un factor fundamental en la especulación de su próxima renuncia, se amplificó por su decisión de convocar un consistorio para el 27 de agosto e instalar 21 nuevos cardenales, incluidos 16 menores de 80 años que serían elegibles para votar en un cónclave. Esa gran afluencia significa que Francisco habrá seleccionado más del 60 por ciento de las figuras que elegirán a su reemplazo, lo que aumenta las probabilidades, aunque apenas garantiza, de un sucesor de ideas afines.
Para algunos observadores del Vaticano, es una señal de que Francisco siente urgencia por preparar a la iglesia para su partida. “Lo que está claro es que su pontificado ha entrado en la fase final de declive” donde la renuncia se vuelve más factible, dijo Massimo Faggioli, profesor de teología de la Universidad de Villanova. “Él es consciente de que se acerca al final de su pontificado”.
Un viaje extraño
El sábado 4 de junio, la Oficina de Prensa del Vaticano anunció que el Papa visitará la ciudad italiana de L’Aquila a fines de agosto de este 2022. El anuncio provocó especulaciones, sin fuentes, de que el viaje podría ser el preludio de la renuncia del Papa Francisco, que ya tiene 85 años de edad, nueve de ellos como Sucesor de San Pedro.
La ciudad en el centro de Italia es el lugar donde está sepultado el Papa Celestino V, que lideró a la Iglesia Católica durante solo cinco meses antes de su renuncia el 13 de diciembre de 1294. El Papa, canonizado en 1313, reposa en la Basílica de L’Aquila, Santa María de Collemaggio. Cuando el Papa Benedicto XVI se convirtió en 2013 en el primer Papa en renunciar en casi 600 años, los vaticanistas recordaron que había visitado la tumba de Celestino V algunos años antes. Durante su viaje el 28 de abril de 2009, dejó su palio, la vestidura litúrgica de lana blanca que se entrega a los arzobispos metropolitanos, sobre la tumba de Celestino V.
Ese episodio hizo que más de uno sugiriera que ese acto simbolizaba su voluntad de renunciar al pontificado.
El Papa Francisco tiene programado viajar a L’Aquila el domingo 28 de agosto, al día siguiente de la creación de 21 nuevos cardenales. Tras el viaje, se reunirá con miembros del Colegio Cardenalicio para discutir la nueva constitución del Vaticano, que entró en vigor el 5 de junio.
Los tres eventos: el consistorio que crea nuevos cardenales, el viaje a L’Aquila y el consistorio extraordinario, tendrán lugar en agosto, un mes que suele ser tranquilo en el Vaticano por las vacaciones de verano.
El Santo Padre hará una visita privada a la catedral de la ciudad, que aún está en reconstrucción después de sufrir graves daños en el terremoto de 2019, en el que murieron más de 300 personas. Cada año, los días 28 y 29 de agosto, los católicos peregrinan a L’Aquila para participar en un evento llamado “Perdón Celestino” o Perdonanza Celestiniana en italiano. Después de hablar con las familias de las víctimas del terremoto, irá a Santa Maria di Collemaggio, donde celebrará una Misa al aire libre, recitará el Ángelus y abrirá la puerta santa. El programa oficial de la visita no menciona la tumba de Celestino V ni, como era de esperar, nada que ver con una renuncia papal.
La apertura de la puerta santa marcará el inicio de la celebración anual establecida por el Papa Celestino V en 1294 e inscrita por la UNESCO en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial en 2009. El Cardenal Giuseppe Petrocchi de L’Aquila dijo que Francisco será el primer Papa en abrir la puerta santa en 728 años. Días después de que el Papa Francisco se sometiera a una cirugía de colon en julio de 2021, corrieron rumores en las redes sociales que afirmaban que el Papa planeaba renunciar “en las próximas horas”. Sin embargo y rápidamente se demostró que la especulación era falsa.
El Papa Francisco salió del hospital y pronto reanudó su agitada agenda. Un flujo constante de teorías de renuncia siguió apareciendo a lo largo de 2021. Los problemas de salud del Papa en 2022, que lo obligaron a usar una silla de ruedas para eventos públicos, desencadenaron más conjeturas.
Después de su elección en 2013, el Papa Francisco elogió la decisión de Benedicto XVI de renunciar. En una entrevista de 2014, dijo que “Benedicto es el primero y quizás haya otros. No lo sabemos”. Sin embargo, el Papa Francisco nunca ha dicho explícitamente que tenga la intención de dimitir. Hablando después de su cirugía de colon en 2021, señaló que “cuando un Papa está enfermo corre brisa o huracán de cónclave”.
Refiriéndose a los rumores de renuncia que parecían originarse en su tierra natal, Argentina, agregó: “¡Yo no sé de dónde han sacado la semana pasada que yo iba a presentar mi renuncia! ¡Cuando a mí ni se me pasó por la cabeza!”.