La influencia de Karl Marx y Friedrich Engels en China ha sido profunda y duradera, moldeando no solo la ideología política del país, sino también su desarrollo social y económico.
El marxismo, como ideología política y económica, encontró un terreno fértil en China a principios del siglo XX, en un contexto de crisis social, política y económica. La llegada de esta corriente de pensamiento marcó un hito en la historia del país, influyendo en su desarrollo político y social durante el siglo XX y más allá.
A finales del siglo XIX y principios del XX, China enfrentaba una serie de desafíos significativos. La dinastía Qing, que había gobernado durante siglos, estaba en declive, y el país se encontraba bajo la presión de potencias extranjeras que buscaban expandir su influencia. La Guerra del Opio (1839- 1842) y la posterior Guerra Sino-Japonesa (1894-1895) evidenciaron la debilidad del imperio chino. Estos eventos, junto con el descontento social y las revueltas internas, crearon un ambiente propicio para la búsqueda de nuevas ideologías que prometieran un cambio radical.
El marxismo llegó a China a través de la traducción de obras de Karl Marx y Friedrich Engels, así como por la influencia de intelectuales y estudiantes que habían estudiado en el extranjero, especialmente en Europa y Japón. Uno de los primeros en introducir estas ideas fue Chen Duxiu, quien cofundó el Partido Comunista Chino (PCCh) en 1921. Chen y otros intelectuales vieron en el marxismo una solución a los problemas de desigualdad y opresión que sufría el pueblo chino.
El Partido Comunista Chino fue fundado en Shanghái, con la intención de unir a los trabajadores y campesinos en la lucha contra el imperialismo y el feudalismo. A lo largo de la década de 1920, el PCCh buscó alianzas con el Kuomintang (KMT), el partido nacionalista liderado por Sun Yat-sen y, posteriormente, por Chiang Kai-shek.
Los comienzos del marxismo en China fueron un proceso complejo, influenciado por el contexto histórico y social del país. A medida que el marxismo se arraigaba en la sociedad china, se transformó y adaptó a las realidades locales, dando lugar a un movimiento revolucionario que culminaría en la fundación de la República Popular China en 1949. La historia del marxismo en China es, por tanto, una historia de lucha, transformación y búsqueda de justicia social en un país en constante cambio.