Según la información recabada hasta el momento, el monto total del presunto fraude asciende a unos 65 millones de dólares.
Campomar, quien jugó en la selección uruguaya de rugby, Los Teros, hasta el año 2016, se dedicaba a captar fondos de inversores para operar en el mercado de valores, prometiendo rendimientos mensuales de hasta un 6%. Entre los damnificados se encuentran ciudadanos uruguayos, así como empresarios de Argentina y Brasil, muchos de los cuales pertenecen al entorno social y profesional en el que Campomar se movía.
El exdeportista dejó Uruguay hace algunas semanas y actualmente reside en Estados Unidos. Campomar habría recibido amenazas antes de su partida, presuntamente por parte de algunos perjudicados que, por distintas razones, no pueden formalizar una denuncia. La Fiscalía investiga estos hechos para determinar si puede haber algún tipo de delito cometido en su contra, en cuyo caso se abriría un expediente separado.
Además de las denuncias por estafa, Campomar enfrenta acusaciones de emitir cheques sin fondo, por un valor de 1 millón de dólares en un caso y de 180.000 en otro. Algunas de las personas afectadas se han reunido con abogados en busca de asesoramiento, aunque enfrentan dificultades para justificar los fondos que entregaron al exjugador para su inversión, lo que complica el proceso judicial.
La Fiscalía continúa recabando información y no se descartan nuevas acciones legales a medida que avance la investigación.