Publicada en dos partes, en 1605 y 1615, esta obra ha trascendido su época y contexto, convirtiéndose en un referente cultural que ha influido en innumerables autores y movimientos literarios a lo largo de los siglos.
La historia gira en torno a Alonso Quijano, un hidalgo de La Mancha que, tras leer numerosas novelas de caballería, decide convertirse en caballero andante bajo el nombre de Don Quijote. Este personaje, con su idealismo y locura, se enfrasca en una serie de aventuras en las que busca revivir la caballería y realizar hazañas heroicas. Su fiel escudero, Sancho Panza, representa la voz de la razón y el sentido común, contrastando con los delirios de su amo. La relación entre ambos personajes es uno de los pilares de la novela, proporcionando tanto humor como profundidad emocional a la narrativa.
Uno de los temas centrales de «Don Quijote de la Mancha» es la lucha entre la realidad y la fantasía. A lo largo de la obra, Don Quijote se enfrenta a su propia locura y a la dura realidad del mundo que lo rodea. Las famosas escenas de los molinos de viento, que él confunde con gigantes, simbolizan esta lucha y se han convertido en un ícono de la obra. Este enfrentamiento entre la idealización de la caballería y la cruda realidad de la vida cotidiana es un reflejo de la condición humana, donde los sueños y las aspiraciones a menudo chocan con las limitaciones de la existencia. Además, Cervantes aborda la crítica social y las convenciones de su tiempo a través de la figura de Don Quijote. La novela pone de manifiesto las contradicciones de la sociedad española del siglo XVII, desde la decadencia de la nobleza hasta la situación de los campesinos y la vida de los pícaros. A través de sus personajes y sus peripecias, Cervantes ofrece una visión incisiva de la injusticia y la hipocresía social, invitando al lector a reflexionar sobre la naturaleza de la humanidad.
La complejidad de «Don Quijote de la Mancha» radica también en su capacidad para explorar temas universales. Amor, amistad, locura, honor y la búsqueda de identidad son solo algunos de los hilos que entrelazan la narrativa. La novela se convierte así en un espejo en el que cada lector puede verse reflejado, independientemente de su contexto histórico o cultural.
El estilo de Cervantes, con su riqueza lingüística y su aguda observación de la naturaleza humana, ha dejado un legado duradero en la literatura. La obra no solo se caracteriza por su prosa ingeniosa, sino también por su estructura narrativa innovadora, que incluye múltiples relatos dentro de la historia principal y un juego metanarrativo que anticipa técnicas modernas.
«Don Quijote de la Mancha» es mucho más que una simple novela de aventuras; es una profunda exploración de la condición humana, un análisis crítico de la sociedad y una celebración de la imaginación. La figura de Don Quijote, con su mezcla de locura y nobleza, ha capturado la imaginación de generaciones de lectores, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por los ideales y la búsqueda de la verdad. La obra de Cervantes continúa siendo relevante en la actualidad, recordándonos la importancia de soñar y cuestionar la realidad en la que vivimos. Su legado perdura, invitando a los lectores a embarcarse en su propia aventura literaria.
Es como la Biblia, todos lo conocen, muy pocos lo han leído. Sólo un apunte. La famosa frase «Ladran, Sancho, señal que cabalgamos». Es un invento exitoso vaya uno a saber de quién. En ninguna parte del Quijote aparece.