Autoridad Bancaria Europea realizó un llamado a los bancos de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo para que ejerzan una mejor gestión de sus inversiones en deuda pública.

EBA insta a la banca española a una “gestión cautelosa”

Autoridad Bancaria Europea realizó un llamado a los bancos de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo para que ejerzan una mejor gestión de sus inversiones en deuda pública.

España presenta la ratio de capital CET1 más baja entre las 25 naciones estudiadas, situándose en el 13.2%, frente a un promedio europeo récord del 16.3%.

Este organismo, que preside el español José Manuel Campa, alerta que el rápido crecimiento de estas exposiciones soberanas genera nuevas preocupaciones sobre su sostenibilidad y expone a las entidades a una “mayor sensibilidad a las dinámicas políticas y fiscales” de los Estados. La advertencia se produce en un contexto donde, según los datos de la EBA, España presenta la ratio de capital CET1 más baja entre las 25 naciones estudiadas, situándose en el 13.2%, frente a un promedio europeo récord del 16.3%.

El informe de la EBA, que evalúa la salud financiera del sector, subraya que la banca europea mantiene una rentabilidad “sólida”, con una rentabilidad sobre el capital (RoE) del 10.7% en el segundo trimestre de 2025. Sin embargo, esta aparente fortaleza convive con una “alta vulnerabilidad” frente a la inestabilidad geopolítica y al incremento de la deuda soberana en los balances. Al cierre del primer semestre de 2025, los bancos europeos mantenían 4 billones de euros en exposiciones soberanas, lo que supone un crecimiento interanual del 14%. Este volumen representa el 226% de su capital CET1, alcanzando su nivel más alto desde el inicio de la pandemia.

José Manuel Campa presidente de la Autoridad Bancaria Europea
José Manuel Campa presidente de la Autoridad Bancaria Europea

La EBA explica que la voracidad bancaria por la deuda soberana responde al aumento de la rentabilidad que ofrecen los Estados para financiarse. No obstante, este movimiento conlleva riesgos significativos. “Los bancos pueden enfrentar un mayor riesgo de mercado por pérdidas de valor de mercado para los títulos de deuda soberana mantenidos a valor razonable si aumentan los rendimientos o los diferenciales, así como el aumento de los costos de financiación”, señala el organismo. Asimismo, pueden afrontar “un mayor riesgo de crédito debido a los posibles efectos secundarios en los sectores corporativo y financiero”.

Uno de los hallazgos clave del informe es el giro internacional en la composición de estas carteras. A mediados de 2025, los bancos europeos tenían solo el 45% de sus inversiones en deuda de sus propios países, frente al 53% de junio de 2018. En contraste, el 31% de sus inversiones se dirigieron a otros países de la UE. “Esto podría deberse, en particular, al fuerte aumento de los niveles de deuda en algunos países, como Alemania”, apunta la EBA. 

El aumento del gasto público en Europa, una respuesta a “desafíos geopolíticos, socioeconómicos y de otra índole”, es el motor detrás del incremento del apalancamiento estatal. La EBA advierte que esta tendencia “podría generar nuevas preocupaciones sobre su sostenibilidad”. En el ámbito de la liquidez, los depósitos minoristas se mantienen como la principal fuente de financiación. La EBA observa una creciente concentración de estas reservas en activos soberanos, lo que eleva la sensibilidad del sector a la volatilidad del mercado. Además, identifica como preocupaciones crecientes los desafíos en la financiación y liquidez en divisas extranjeras, particularmente en dólares, y el interés emergente en las “stablecoins”.

La avidez de las instituciones financieras por la deuda pública se debe al incremento en las ganancias que los gobiernos ofrecen para obtener financiamiento.
La avidez de las instituciones financieras por la deuda pública se debe al incremento en las ganancias que los gobiernos ofrecen para obtener financiamiento.

La EBA dedica una parte sustancial de su análisis a los riesgos geopolíticos y operativos. En un “entorno geopolítico incierto, fragmentado y volátil”, los bancos de la UE y el EEE “siguen siendo muy vulnerables a las perturbaciones externas”. Estas tensiones se reflejan en primas de riesgo más altas para los bonos del Estado y una mayor volatilidad en los mercados financieros. El supervisor reclama “una integración explícita de los riesgos geopolíticos en los escenarios internos de las pruebas de estrés de los bancos” y una vigilancia continua.

Pese a estos desafíos, la EBA reconoce la solidez capital del sector y su papel fundamental. Subraya que los bancos deben “proporcionar financiación adecuada a los sectores productivos de la economía para ayudar a Europa a mantener su competitividad, a impulsar la innovación, a abordar la descarbonización y a mejorar la defensa europea”. Tras recordar que las entidades ya han apoyado activamente inversiones en energía, servicios públicos, tecnología y defensa, el organismo pide a los supervisores, incluido el Banco Central Europeo, que se enfoquen “en la concentración sectorial de los bancos, garantizando que el aumento de la exposición a sectores estratégicos no dé lugar a una asunción excesiva de riesgos”.

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