Editorial artesanal Cuenta, Imagina y Crea presenta la obra de Mabel Grigera

Mabel Grigera es argentina y nació en Colón. Publicó  con dos escritores, los libros: “Hojas de Octubre” y “Florecer en Octubre”. Participó en tres  antologías, Editorial Dunken: “A la luz de los Caireles” y “Susurros para el Viento”, homenaje a Tolosa, barrio de La Plata, y “Entre todos a pesar de la distancia” de Editorial Cuenta, imagina y Crea. Participa en programas de alcance mundial,  por radios, desde Zapoltitic, México y Uruguay. Redacta en forma simple y realista, autodidacta, verso y prosa… Autor preferido: Mario Benedetti. Participa en forma virtual en varios grupos poéticos. Colabora en Cuenta, Imagina y Crea en la revista “Con cada pisada”. Recibió reconocimientos por su obra.

«Abandonos» – Obra seleccionada para el libro “A Luz de los caireles” de Editorial Dunken. 

Perdida en un mar de soledades, inicie la vida, abandonada a las puertas de un asilo…esperando la piedad del ser humano.

Encerrada sin saber qué delito había cometido, cumplí mi pena, bebí tristeza, lloré el desamor. La costumbre hizo que mi presidio, se transformara en el hogar ausente. Los días transcurrían sin prisa y con la conformidad que la niñez provee para que el desamparo doliese menos.

Inesperadamente alguien golpeó la puerta de aquel mundo solitario. Pensé que la luz del amor iluminaría mi orfandad. No fue así, un nuevo abandono destrozó mi  espíritu ¡Sola otra vez! Al no tener otra opción, volví a acostumbrarme a las oscuras e inevitable convivencia con otras pupilas.

Pasado algún tiempo se repitió la historia con el mismo nefasto y doloroso  resultado que la vez anterior. Con estos tristes sucesos surgió un interrogante en mi interior: “¿Los hijos, se elegían como objetos, pudiéndose devolver si no cumplían con los requisitos que las personas deseaban?”. La respuesta que daba mi inocente mente era un rotundo, “SÍ”.

De esa manera pasaron, días…meses…años. Otra ilusión brilló en mi horizonte sombrío. Una pareja me miraba con ojos escrutadores pero serenos y amorosos. Yo observaba  entre asustada y perpleja a aquella mujer y a aquel hombre.  Detrás de mí, una voz sentenció:- Vienen por ti.  Te llevarán a su hogar. “Pórtate bien y así, tal vez, formes parte de su familia”. La oportunidad de ser feliz, se presentaba ante mí.

Con siete años, morena y bajita, era casi inimaginable que sucediese tal acontecimiento, ya que los niños más buscados eran los rubios de ojos claros y de ser posible, bebés.

Al llegar a la casa, en la cual habitó hasta el día de hoy, me sentí cohibida y temerosa. Algo expectante y ansiosa, contemplaba lo que sería mi mundo soñado, con ojos escépticos. Caminaba sin hacer ruido. Contestaba  tan sólo con  monosílabos  o  movimientos de cabeza, para asentir o denegar, tratando de pasar  desapercibida  por temor  a que me devolvieran al hospicio como ya había acontecido.

Nada de eso sucedió…Había hallado lo deseado por largo tiempo, dejar de ser un número para, por fin, tener un apellido, acompañando mi nombre. Vivencié por primera vez, el sentido de  pertenencia y poder emplear la palabra MI   con un sentido de amorosa posesión: MI PAPÁ; MI MAMÁ; MI CASA; MI PERRO,  en fin… MI FAMILIA.

Hoy, recordando el pasado, no siento rencor por lo vivido. Sin ellos, qué hubiera sido de mí. Les estaré siempre agradecida. En mi corazón reina el agradecimiento para LUCY Y CHANO, porque supieron formar, la persona que soy, entendiendo que debían ser padres, sin el rótulo de “adoptivos”.

Me trataron como una hija de sangre y no como a una adoptada, con su ayuda pude mirar al futuro con confianza, formar una hermosa familia: esposo, hija y tres adorados nietos. Aunque mis papás ya no estén en este plano, me acompañan y lo seguirán haciendo, pues viven en mi corazón… El amor que les profeso, se agiganta con el paso de los años. En el atardecer de mi existencia, añoro  su entrañable compañía.

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