El Gaucho es uno de los símbolos identitarios más importantes del país, pero si analizamos su historia, en el origen distaba de serlo; incluso ante la mirada social del sistema colonial, eran considerados “peones vagabundos” bajo una visión negativa por su forma diferente de vivir. El Museo nos lleva a recorrer las diferentes etapas: desde este origen tan marginado a su consagración tras su participación en la revolución social desde 1811, a la guerra civil en 1904, cuando poco a poco “Gaucho” dejó de ser una palabra despectiva para convertirse en símbolo identitario.
En el área dedicada a este personaje podemos observar, a su vez, su forma de vida, sus actividades, costumbres y vestimenta (acompañada por piezas realizadas en cuero, madera, hierro y piedra), así como también a las mujeres de la campaña, conocidas como “Chinas”, figuras destacadas a través de la transcripción de documentos de época, pinturas y esculturas.
El acervo con el que se nos presenta esta historia cuenta con obras realizadas por artistas como Juan Manuel Blanes, José Cúneo, Pablo Serrano, Manuel Rosé, Enrique Castells Capurro, José Belloni y José Luis Zorrilla de San Martín. Se suma la platería criolla, en una vitrina especialmente diseñada para ese fin, de orígen modesto pero destacada con excelencia y un carácter definido, en tres categorías: de tipo doméstico, como lo siguen siendo el mate, la bombilla y la yerbera; en facones y cuchillos y los objetos relacionados con el caballo y el jinete, como rebenques, arreadores y espuelas.
El museo integró un espacio dedicado al compañero del gaucho y del campo: el caballo. Se exhiben importantes aperos y los pelajes más característicos del caballo criollo. También, hace un profundo análisis sobre la “modernización” y perfeccionamiento, por ejemplo de la forma de hacer la guerra, mostrando la evolución de las lanzas a las armas de fuego y del trabajo en el campo, como el alambramiento de los campos y la marca del ganado.
La Moneda
Las monedas, empleadas como medio de pago, poseen también un valor histórico que hace parte de la identidad de una región. El Museo conserva y custodia 30.000 piezas de valor numismático y patrimonial y en su exhibición podemos recorrer la historia numismática desde el período colonial hasta la creación del Banco República en 1896.
El acervo, complementado con documentos de época, cuenta con monedas coloniales portuguesas y españolas, como piezas provenientes del naufragio del navío Nuestra Señora de la Luz en 1752; con las primeras monedas uruguayas, acuñadas en la Casa de Moneda de Montevideo, el Peso del Sitio de 1844 (entre 1840 y 1855 los cobres acuñados son las primeras monedas con la leyenda REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY, y en 1862, bajo la presidencia de Bernardo P. Berro, se adoptó el sistema métrico decimal, reemplazando gradualmente el uso de reales y reis por el peso uruguayo); billetes de las Sociedades de Cambio formadas por grupos de comerciantes fuertes, que comenzaron a emitir papel moneda sin autorización del Estado y con la sola garantía moral de sus directores y billetes de la primera emisión del Banco República.
El gaucho no solo pasa a ser parte del sistema socio-económico del país, sino que además se lo homenajea convirtiéndolo en emblema nacional, billetes y monedas.