El gobierno de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua a la Organización de los Estados Americanos (OEA). Tildó a las misma de «un instrumento diabólico del mal», y expropió la sede donde funcionaba para convertirla en el “Museo de la infamia”.
“El Pueblo y Gobierno de Nicaragua hemos desconocido y desconocemos este Instrumento de Administración Colonial».
Sustuvo que «no representa en ningún momento la unión soberana de nuestra América caribeña, y que, por el contrario, es Instrumento del Imperialismo yanqui, para violentar derechos e independencias, auspiciando y promoviendo intervenciones e invasiones, legitimando golpes de Estado en distintos formatos y modalidades”, afirma el comunicado leído por el ministro de exteriores Denis Moncada.
Esto ratifica la renuncia presentada a la OEA el 19 de noviembre de 2021. Posterior a que esta emitiera un comunicado en el que mencionaba que las elecciones del 7 de noviembre de 2021 (Ortega ganó con el 75% de los votos no obstante, con la parte de la oposición exiliada o en la cárcel) no fueron libres, justas, transparentes, y carecieron de legitimidad democrática.
Asimismo, el excanciller uruguayo y actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, repudió las acciones del gobierno de Ortega. Acusandolo de ocupar ilegalmente sus oficinas en Managua cometiendo una violación de las más normas internacionales. También afirmó que «Nunca había ocurrido antes. Los peores dictadores americanos, incluso los Somoza, jamás tomaron medidas como estas».
