Las elecciones nacionales del 27 de octubre en Uruguay han dejado un panorama mixto en cuanto a la representación femenina en la Cámara de Senadores. Con el 99,9% de los votos escrutados, se confirma que el nuevo Senado, que asumirá en febrero de 2025, contará con nueve senadoras, un avance modesto en comparación con las ocho elegidas en 2019. Esta cifra significa que la representación femenina se mantendrá en un 30%, situando a Uruguay en el puesto 96 del ranking de la Unión Interparlamentaria, un lugar que lo coloca entre los países con menor inclusión de mujeres en la política en América Latina.
El Frente Amplio (FA) se posiciona como el partido más destacado en cuanto a la representación femenina, con siete de sus 16 senadores ocupados por mujeres, lo que representa un 43%. Las senadoras electas incluyen a figuras como Carolina Cosse, Cristina Lustemberg y Constanza Moreira. Sin embargo, se prevé que, si el FA triunfa en la segunda vuelta del balotaje programada para el 24 de noviembre, Cosse podría ser reemplazada por su suplente, Silvia Nane.
En contraste, el Partido Nacional (PN) logró la elección de dos mujeres de un total de nueve senadores, lo que representa un 22%. Las senadoras electas son Graciela Bianchi y María Fajardo, aunque esta última también fue elegida como diputada en Soriano, lo que podría llevar a que deje su escaño en el Senado para que asuma Carlos Camy.
El Partido Colorado, por su parte, no contará con representación femenina en el Senado, ya que ninguna de sus cinco bancas será ocupada por mujeres. Este hecho resalta la disparidad en la representación de género entre los distintos partidos.
La situación de la representación femenina en la política uruguaya ha suscitado críticas de diversas organizaciones sociales, que han señalado la persistente resistencia hacia la paridad de género. A pesar de la implementación de la Ley de Cuotas en 2009, que entró en vigor en las elecciones de 2014, su impacto ha sido limitado. Los partidos han optado por una aplicación mínima de esta normativa.
Durante el actual período legislativo, varios proyectos de ley destinados a avanzar hacia una verdadera paridad de género fueron presentados, pero no lograron superar los intensos debates que los rodearon. En enero, cuando un proyecto estaba a punto de ser votado en el Senado, la nacionalista Gloria Rodríguez, principal impulsora de la iniciativa, destacó que, aunque la propuesta no prosperara, se había logrado establecer el debate sobre la necesidad de una mayor equidad.
Esto refleja la prolongada lucha por la equidad de género en la política uruguaya, donde el Frente Amplio lidera en la representación femenina, pero aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar una verdadera paridad en todos los ámbitos.
