La sociedad China ha logrado equilibrar una rica tradición con una constante y rápida modernización. Esta comunidad valora la estabilidad, el respeto, la jerarquía y el bienestar colectivo. Sin embargo, el contacto con el resto del mundo ha generado una dinámica interesante, especialmente en su relación con nosotros los extranjeros.
En el alma y corazón de la cultura china se encuentran los principios del confucianismo, el cual promueve la moralidad, el respeto a los mayores, la familia como prioridad y el concepto de armonía social. Los padres son vistos como figuras de respeto absoluto y los hijos, tienden a cuidar de ellos en la vejez. Esta estructura familiar es clave en la vida social, política y económica de China.
El respeto por la autoridad es otro pilar importante. Ya sea en el ámbito laboral, político o social, los chinos muestran una notable diferencia hacia las figuras de poder, lo que refleja un sistema de organización profundamente jerárquico. Este principio de respeto se extiende también a las relaciones con los demás, con un enfoque en el respeto mutuo y la consideración por las normas y convenciones sociales.
Aunque es un país predominantemente ateo, sus tradiciones religiosas siguen siendo una parte importante de su cultura. El taoísmo y el budismo son las religiones más influyentes y muchas personas siguen prácticas espirituales como el Feng Shui, la adivinación y el respeto por los ancestros.
El trato con los extranjeros, hablando desde mi propia experiencia, lo considero realmente cortés, respetuoso y amigable. Los chinos son muy curiosos, les gusta aprender sobre otras culturas, pero también esperan que nosotros respetemos las normas locales y sus costumbres. Los extranjeros que visitan o viven en China pueden ser percibidos con una mezcla de admiración y misterio. En varias ocasiones, los chinos se sienten fascinados por nuestras costumbres occidentales, pero también existe una percepción de que los valores occidentales son a menudo demasiado individuales o materialistas, lo que puede generar distanciamiento para algunos o admiración para otros.
Aunque algunos piensen que el idioma es un impedimento, también es cierto que la mayoría tiene un manejo del inglés bastante fluido y si tu no hablas inglés o chino, son tan empáticos que pueden tener una conversación a través de traductores del teléfono, en especial en Beijing, Shanghai y Guangzhou. Donde se pueden encontrar muchas personas extranjeras.
El pueblo chino es el verdadero simbolismo de respeto, tradición y principios. A pesar de la modernización, la influencia de la cultura ancestral sigue siendo un factor determinante en la vida cotidiana. En cuanto a nosotros los extranjeros, somos más que bienvenidos a su país, obvio teniendo en cuenta que debemos respetar sus costumbres y tradiciones, ya que ellos demuestran el mismo respeto y fascinación por las nuestras.
China es una nación que se proyecta hacia el futuro aunque siendo fiel a los principios que le han permitido perdurar por milenios, como todo país, tiene sus pros y contras (si me preguntan a mi, mas pros que contras), me atrevo a decir que mi amistad con algunos chinos, es pura y fiel, donde me han hecho ver la vida, mi trabajo, mi familia y mis amistades de otra manera a la que estaba acostumbrada.