Conocido como «Heber» en el mundo del fútbol, ya que aquel era el nombre que su madre eligió pero no le permitieron poner en el registro civil, Mastrángelo debutó en Atlanta en 1968, en donde permaneció tres años. Tras brillar rápidamente en el fútbol argentino, River Plate compró su pase y, en su primer clásico, el delantero convirtió cinco goles contra Boca.
Eran años difíciles para el «Millonario», por lo que pese a sus destacadas actuaciones, fue cedido en la siguiente temporada a Unión de Santa Fe. Solo un año permaneció gracias a su excelso nivel y fue entonces que finalmente su camino se cruzaría con Boca, el club de sus amores. La historia internacional del Xeneize es vasta, sin embargo, no fue hasta 1977 que consiguió consagrarse por primera vez en la Copa Libertadores, al mando de Juan Carlos Lorenzo. Entre otros ídolos del club, aquel recordado equipo contaba con «Heber», reconocido por sus diagonales en el área rival y goles claves en momentos importantes.
Luego de conseguir imponerse en la Libertadores del año 1977, Boca recibió al Borussia Mönchengladbach y Mastrángelo fue el primero en anotar. El partido finalizó 2 a 2, y con la obligación de ganar en Alemania, el delantero santafesino apareció otra vez para poner el primero en un partido que terminó en una goleada por 3 a 0 para conquistar la Copa Intercontinental por primera vez. Con 134 presencias con la camiseta azul y oro -con 56 goles-, el delantero abandonó el club para jugar un año en Defensor Sporting de Uruguay, antes de retirarse. Trabajó posteriormente como asistente técnico, carrera que inició en el Xeneize y continuó en Los Andes y Almirante Brown. En 1996, regresó al club de La Boca para desempeñarse como entrenador de las inferiores, en donde trabajó hasta el 2003.
