Extienden la prisión preventiva a Penadés por riesgo de entorpecimiento de la investigación

El exsenador Gustavo Penadés y el profesor de Historia, Sebastián Mauvezin, seguirán en prisión a la espera del juicio oral que se realizará a mediados del año próximo. En la jornada de ayer se realizó una audiencia donde la Fiscalía solicitó que continuara la prisión preventiva, lo cual se mantendrá por seis meses más, según dictaminó la jueza Marcela Vargas. Penadés y Mauvezín están en prisión desde hace dos años.

Penadés está acusado por la Fiscalía de 10 delitos de retribución a la explotación sexual de menores de edad, cuatro delitos de abuso sexual especialmente agravados, tres delitos de abuso sexual, un delito de violación, un delito de desacato y un delito de atentado violento al pudor. La Fiscalía indica que hay 14 víctimas. Por esta razón, la fiscal del caso, Isabel Ithurralde, pide 16 años de prisión. En el caso de Mauvezín, se le acusa de siete delitos de «contribución» para cometer esos delitos y se piden 6 años de prisión.

Como ninguno de los acusados aceptó un acuerdo con la Fiscalía, se irá a juicio oral, lo que sucederá el próximo año. Está previsto que se presenten 54 testigos por parte de la Fiscalía.

También se supo que Mauvezín realizaba transferencias de entre $ 500 y $ 1.000 a jóvenes de entre 19 y 21 años. Un joven, que es testigo, dijo que Mauvezín le había ofrecido dinero a cambio de fotos íntimas y mantener relaciones sexuales con hombres mayores.

El hecho que llevó a que se mantuviera la prisión preventiva está relacionado con un testigo que actualmente cuenta con custodia policial. El exdirector del Comcar, Carlos Taroco, fue quien colaboró con lo que se denominó «La trama Penadés», una investigación sobre quienes supuestamente habían acusado al exlegislador. Taroco estaba preso por este caso y, cuando se le incautó un celular en prisión, se detectó una llamada con un narcotraficante donde le decía que «se debía desaparecer» a un testigo. Ese hombre declaró en una audiencia, en la que Penadés lo miró y le dijo «un gusto… nos estamos viendo». Según el exlegislador, fue para saludarlo, pero la Fiscalía lo interpretó como una intimidación. La jueza Marcela Vargas le llamó la atención a Penadés por este hecho y ayer dijo que su resolución también se basó en lo que vio en esa jornada. Ese testigo es un exfuncionario policial que estuvo involucrado en la trama desarrollada por Taroco y que ya estuvo procesado por este caso.

El vocero de la Fiscalía, Javier Benech, dijo que se extendió la prisión preventiva ante “el riesgo de entorpecimiento de la investigación y el riesgo de fuga”. Benech explicó que Penadés tuvo un acercamiento hacia un testigo en la última audiencia. «Esto se consideró por parte de la Fiscalía, y la jueza lo interpretó como un acercamiento de tipo intimidante. Penadés mencionó que quiso saludar, pero la jueza lo consideró un acercamiento intimidante a un testigo de esas características, que está incluso con protección policial, y en función de eso se entendió que los riesgos procesales existen”.

Dos visión sobre el caso

La abogada del Consultorio Jurídico de la Udelar, Soledad Suárez, que representa a varias de las víctimas, sostuvo que Penadés realiza «una exhibición de poder que hace constantemente, lo que resulta obviamente intimidatorio». Por su parte, la abogada defensora de Penadés, Laura Robatto, señaló que mantener la prisión efectiva para su defendido es «un disparate» y recordó la solicitud de prisión domiciliaria a la espera del juicio. Sostuvo que «de Penadés, en estos dos años, hemos venido asistiendo a distintos argumentos, iban cambiando los personajes, aparecían testigos, después los testigos no estaban».

Robatto dijo a la prensa que, en el momento en que se decide no aceptar un acuerdo con la Fiscalía, «es porque se entiende que se es inocente, se espera la acusación». A esto agregó «la ciudadanía tiene un concepto equivocado. Cree que son los defensores los que tenemos que venir a demostrar que nuestro defendido es inocente. Lo tiene que demostrar la Fiscalía, es parte del proceso acusatorio, y es vencer el estado de inocencia».