El artista contemporáneo británico-alemán Frank Auerbach, que de niño fue rescatado de la Alemania nazi junto con otros miles de menores judíos y llevado al Reino Unido, falleció en Londres a los 93 años.
Nacido en Berlín en 1931, en el seno de una familia judía, llegó a Inglaterra en 1939, escapando de los nazis, y se naturalizó británico en 1947.
Llegó a su país adoptivo, al puerto de Southhampton, en el sur de Inglaterra, como niño refugiado, sin volver a ver de nuevo a sus padres, que murieron en campos de concentración de la Alemania nazi. Después de estudiar en la Saint Martin’s School of Art y en el Royal College of Art de Londres, dedicó su vida a la pintura.
Sus retratos y sus animados y coloridos paisajes londinenses engrandecieron su reputación, que llegó relativamente tarde. Sus pinturas siempre han sido figurativas, pese a ser una tendencia que pasó de moda. Las obras de Auerbech tenían un personal estilo, con su tendencia a pintar sobre el mismo lienzo varias capas, como si la pintura pareciera convertirse en una escultura.
En 2015, el museo Tate Britain de Londres le dedicó una importante retrospectiva, lo que contribuyó a aumentar su popularidad en el mercado del arte. En 2023, Mornington Crescent, una de las muchas obras inspiradas en las calles cercanas a su casa, fue vendida en una subasta por siete millones de dólares, un récord para el artista. El año anterior, su cuadro Cabeza de Gerda Boehm se vendió por más de cinco millones de dólares.
