“Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos”. Este es un extracto del Artículo 7 de la Constitución de la República, en su Sección II: Derechos, Deberes y Garantías. Pero: ¿hasta qué punto se cumple este artículo y cuál es el castigo para quienes lo ignoran?
Diario La R pudo acceder al testimonio de Freddis Rodolfo Tassani Olivera, un licenciado en Arte, graduado en la Universidad Finisterrae de Chile; además es Educador Social, y en los últimos años estuvo trabajando como pintor de autos en un taller de chapa y pintura. Todo parecía marchar con tranquilidad para Freddis de 58 años de edad.
Hasta que hace poco más de un año, el artista fue diagnosticado con neuropatía cubital bilateral con atrofiamiento de canales de los codos y muñecas, además de neuropatía del mediano bilateral, que se traduce en una discapacidad degenerativa cervical severa. Esta situación impactó de manera negativa en la vida de Tassani, ya que, producto de los síntomas, fue apartado de su trabajo que era el único sustento económico de su vida.
“Es una enfermedad de desgaste en la columna vertebral y con una presión de las vértebras C5 y C6 causada por el uso de herramientas de peso. Esto genera que tenga hormigueos en las manos y se me caigan los instrumentos de trabajo; después aparecieron los dolores y escasa movilidad”, explicó.
“Para que se hagan una idea, yo no puedo cebar un mate porque no tengo la fuerza suficiente en las articulaciones y el celular lo puedo usar medianamente apoyado. Debido a esto fui obligado a renunciar a mi trabajo y mi neurólogo hizo un informe que especifica que estoy incapacitado para realizar trabajos de esa naturaleza y con eso fui al Banco de Previsión Social (BPS) a solicitar una pensión por invalidez, pero fui rechazado a pesar de que de manera orgánica me debieron haber otorgado la pensión”, informó.
“En el BPS solo dieron un porcentaje del baremo; ese mismo día yo adjunto documentación por otras patologías que tengo porque piden el 66% de discapacidad. Aparte, estamos hablando de un monto que en mano no supera los 14 mil pesos”, dice el licenciado, que además agrega que ha insistido en la comunicación con Jimena Pardo, presidenta del BPS, pero más allá de que las primeras veces fue con un “trato bastante cordial”, ya ahora “mucho menos cortés”.
“Son personas inaccesibles, a pesar de que en la página web de ellos dicen que puedo acceder a cualquiera que trabaje allí”. Es importante señalar que su incapacidad supera el 50% del baremo y no es suficiente para que el Estado te jubile, pero también es un “porcentaje complicado para conseguir empleo”, por lo que dice sentirse en un “limbo”.
Por otro lado, menciona que en su experiencia tampoco pudo acceder a los médicos, que “son los que auditan y que ni siquiera tienen la delicadeza de leer los informes correctamente, sino que tampoco se comunican con el paciente involucrado, para evaluar correctamente los casos”, explicó.
El nacido en Montevideo detalla que luego le dijeron que se dirigiera al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), pero ese periodo asegura que fue aún más “lamentable”. Él describe a esta institución como la más abocada al contenido social que posee el Estado, pero lo vivido allí demuestra lo contrario.
“Mi primer encuentro con el Mides fue a través de una publicación en X, se ve que no le gusta la mala prensa, me llamó la ex ministra de Salud Pública y actual directora del ente, Susana Muñiz. Luego me llamó un joven secretario del ministro Gonzalo Civila y, entre muchas cosas, yo le planteo que voy a ser desalojado. Él, sin conocer mi historia, me dice que tengo la opción del albergue diario como una solución. Yo vivo con mi esposa, a la que conozco hace 40 años, y su situación también es delicada”, argumentó.
El entrevistado advierte que intentó postularse a un empleo para discapacitados a través del programa “Uruguay Concursa” y no hay opciones para personas en su condición. Recordemos que en Uruguay la ley establece que el 4% de los trabajadores de los entes públicos deben ser personas con discapacidad. Pero la Oficina Nacional del Servicio Civil informó que en el 2021 solo 7 organismos del Estado y 4 privados realizaron convocatorias que consideraron la cuota correspondiente durante el año 2021.
“Cabe destacar que el Mides gestiona un banco de datos de gente que tiene discapacidad pero que quiere trabajar, aun así, ni ellos contratan personal con discapacidad y esta situación no la regula nadie”. Por otro lado, afirma que se comunicó con Nicolás Laza, Director Nacional de Desarrollo Social, quien le ofreció una “bolsa de alimentos secos de 8 kilos y la tarjeta de línea. Cuando el Mides presenta 297 prestaciones que gestionan ante diferentes organismos, como una vivienda provisoria, subsidio para el alquiler y muchas otras prestaciones más que pareciera que desconocen”, sentenció.
En esa parte de su periplo, detalla que fue a la oficina más cercana a su domicilio en Camino Carrasco, que está por el Intercambiador Belloni de Montevideo. “Al llegar vi a dos personas peleando brutalmente y al borde de las puñaladas por una bolsa de comida”. “Cuando ingreso a la entrevista, pregunté por la Tarjeta Social de 1.800 pesos mensuales, y me dijo que debo esperar entre 8 y 12 meses para que vaya la visitadora social y un tiempo más para la resolución del caso. Todo esto por falta de personal”.

“Estoy sumido en la indigencia”
Freddis Tassani es “fanático de las motos” y su fanatismo fue lo primero que se vio afectado por su padecimiento: “Al ir en mi moto y caer en los baches, comencé a sentir un profundo dolor en la base del cuello y tuve que dejar de lado ese medio de transporte”, reseñó.
Hace aproximadamente poco más de un año su vida se vio gravemente afectada: “Se me empezaron a caer las cosas de las manos y a sentirme muy limitado con las herramientas de trabajo. En mi último empleo como pintor de auto me obligan a renunciar y accedo a un subsidio por desempleo que comenzaba por 16 mil pesos nominales que en mano es mucho menos y cada mes va bajando más y más ese monto; cuando yo ganaba 60 mil por mes”, explicó.
El pintor describe su situación como crítica, “sumido en la indigencia” y a punto de ser desalojado: “El límite de la pobreza, lo veo varios metros por arriba de mi cabeza”, sentenció. Dice además sentirse abandonado por el Estado y que no le garantiza los derechos básicos, como la vivienda, el trabajo o la salud. “Parece que los funcionarios públicos no han leído ni han internalizado cómo se debe defender y acudir en socorro de los más necesitados”, sentenció.
“Yo soy hijo de una víctima de terrorismo de Estado, viví cosas horribles desde mi infancia por lo que debía ir a terapia, milito en la izquierda desde los 12 años pegando adhesivos por el ‘No’ en el plebiscito contra el régimen. Desde entonces todo ha cambiado, con la consigna de ‘sabremos cumplir’, pero en realidad cada uno ha buscado su espacio de poder, el cual yo he constatado”, afirmó.
“No estoy pidiendo nada personal”
“Mi petición es que, si hay situaciones de vulnerabilidad diagnosticadas, se haga algo al respecto porque nuestro estado no es pobre”, señaló. “Yo financié la caja de profesionales, la caja militar donde se jubilan con el 100% de salario. Estamos hablando de una gran injusticia que arrastramos, porque un militar se jubila y puede trabajar de otra cosa, un civil se jubila y con suerte puede vender morrones en la feria”, reflexiona.
“Yo vi a la ministra de Vivienda cerca de mi casa inaugurando algo cerca de Malvín Norte, con unos discursos muy efusivos, lo que pido es que cumplan con lo que tienen que cumplir. Que tengan en cuenta que venimos de un periodo bastante duro, en lo personal son años muy difíciles en los que me encuentro con mi diagnóstico justo en la transición y cambio de autoridades”, resalta el entrevistado y argumenta que los tiempos de las gestiones políticas no se adaptan a los tiempos de las personas necesitadas.
Finalmente, subrayó que no está pidiendo nada “personal”: “No estoy diciendo que la Ferrari chocada me la dejen estacionada en la puerta de casa. Estoy pidiendo que cumplan con la ley y con el pago de una pensión por invalidez que son menos de 14 mil pesos”. Para cerrar, lamentó la necesidad de hacer pública su situación, que ya está llegando a niveles “límite”.
El trabajo artístico de Freddis Tassani lo pueden ver en: www.espaciomemoria.ar/pochotassani-palimpsesto/ o freddistassani-murales.blogspot.com.
Que lamentable narración de este hombre que no pide una limosna, si no una ayuda para poder vivir dignamente por sufrir esta enfermedad.
Cuando la BUROCRACIA ATACA SIN PIEDAD …
Esperemos una pronta solución a su problema