La activista sueca Greta Thunberg ha respondido con ironía a los últimos «halagos» que le ha dedicado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y ha dicho tomarlos en serio teniendo en cuenta que sería él quien tiene «problemas para gestionar la ira».
«He oído que Donald Trump ha expresado una vez más sus halagos hacia mi personalidad y agradezco que se preocupe por mi salud mental», ha dicho Thunberg en redes sociales, horas después de que el mandatario norteamericano la tachase de «alborotadora» y dijese que «debería ver a un médico». La joven sueca, deportada desde Israel tras formar parte de la Global Sumud Flotilla con ayuda para Gaza, ha asumido las «recomendaciones» afirmando que es Trump quien también, «a juzgar por su impresionante trayectoria», tiene problemas para gestionar sus niveles de enfado.
Thunberg, que ya en otras ocasiones había respondido a críticas de Trump, reclamó el lunes desde Atenas mayor atención internacional ante el «genocidio» que estaría perpetrando Israel en la Franja de Gaza. Fue una de las más de 400 activistas interceptadas tras el abordaje a la Global Sumud Flotilla.


Muy buena respuesta. Si el presidente de un país de América Latina dijera e hiciera la mitad de los dislates que Trump dice y hace, ya le habrían enviado a los marines. Excepto a Milei, claro.
Menos entreverado…
«Escuché a Donald Trump expresar una vez más su opinión muy elogiosa sobre mi carácter, y aprecio su preocupación por mi salud mental», escribió la ambientalista en sus redes sociales.
«Me encantaría recibir cualquier consejo que pudiera tener para lidiar con estos supuestos ‘problemas de control de la ira’, ya que, a juzgar por su impresionante trayectoria, usted también parece sufrirlos», agregó.
Greta se queda corta… son los trescientos cuarenta millones de eeuunidenses los que tienen ese problema.
Hay que ser muy nabo para escuchar esta bobita.