El hijo del ahora expresidente de Turkmenistán prestó juramento como nuevo gobernante del país centroasiático, una semana después de una elección que la comisión central de elecciones dijo él ganó con 73% de los votos.
Serdar Berdymukhamedov, de 40 años, enfrentó a otros ocho contendientes nominales, todos los cuales elogiaron a su padre, Gurbanguly Berdymukhamedov, que asumió la presidencia en el 2006 e instauró un dominante culto a la personalidad. El conteo de los votos no fue muy rápido porque según los organizadores de la elección querían que todo fuera muy transparente.
Berdymukhamedov padre anunció su renuncia el mes pasado y Serdar, que había sido nombrado para puestos cada vez más poderosos en el gobierno, más recientemente vicejefe del gabinete, fue visto como su seguro sucesor.
Turkmenistán, una nación de 6 millones de habitantes a orillas del Mar Caspio, es de difícil acceso para los extranjeros. No ha reportado un solo caso de infección con el coronavirus durante la pandemia, una situación cuestionada por los expertos médicos. Le ha resultado difícil además diversificar su economía, que depende enormemente de sus vastas reservas de gas natural. Pero el nuevo presidente dijo durante su toma de posesión: “estamos abiertos a todos los países y personas del mundo y buscamos desarrollar lazos comerciales, culturales, económicos, humanitarios, científicos y educacionales con ellos en el futuro”.
