El destacado artista plástico, originario de Uruguay, tomó la decisión de establecerse en Paraguay en 1992, donde encontró el escenario ideal para desarrollar y dar vida a su arte.
Su talento y técnica le han otorgado reconocimiento y admiración, y aunque inició su camino como autodidacta, con el tiempo fue refinando su estilo. Sobre su evolución, el propio artista comentó: “Siempre recibí valiosas orientaciones de maestros del arte y amigos cercanos. Escuché con atención las críticas constructivas”.
Como creador del estilo denominado «Realismo Arquitectónico», sus obras destacan por su excepcional atención a los detalles y una predominante paleta monocromática. Inicialmente, sus pinturas estaban dominadas por tonos de grises, blancos y negros, pero con el tiempo evolucionaron hacia matices cálidos como los amarillos y ocres.
Cada cuadro es un tributo a los edificios icónicos e históricos de Paraguay y Uruguay. Sobre su arte, el autor comenta: «Soy reconocido por el realismo arquitectónico, un estilo que fui perfeccionando con los años. Mis primeras obras representaban el casco histórico de Paraguay, como el Panteón de los Héroes aquí en Asunción».
La sensibilidad del artista, una vez más, trascendió el lienzo en una exposición organizada por la Embajada de Uruguay en Paraguay, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Allí presentó dos obras emblemáticas: “La niña” y “La anciana”. Sobre estas obras, Horacio compartió: “Ambas representan etapas de la vida de la mujer: una es la niña soñadora, llena de fantasías, y la otra es la anciana, tras haber acumulado toda una vida de experiencias. Capturar la expresividad en los ojos es, sin duda, el mayor desafío para los retratistas”. Tiempo atrás, Horacio Guimaraens presentó una importante exposición en la Manzana de la Rivera, en Asunción, donde exhibió una retrospectiva con más de 60 obras, junto a otra muestra inspirada en las imponentes cúpulas de París. “Tengo el deseo de pintar el Palacio Salvo”, expresó Guimaraens.
Esperamos con ansias sus próximas exhibiciones para el 2025, confiando en que una de ellas tenga lugar en Uruguay, para rendir tributo a los edificios emblemáticos del patrimonio nacional.
