Inmayores apunta a brindar herramientas para imaginar nuevas formas de envejecer

El Instituto Nacional de las Personas Mayores (Inmayores), del Ministerio de Desarrollo Social, invita este mes a reflexionar sobre la situación de las personas mayores, que representan el 16% de nuestra población y los desafíos que enfrentan. En coincidencia con el Día Internacional de las Personas Mayores y el 35.º aniversario de su declaración por Naciones Unidas, el 1.° de octubre lanzó el Mes de las Personas Mayores bajo el lema “La voz de las personas mayores transforma realidades”.

La directora de la institución, Marianela Larzábal, profundizó en diálogo con Diario La R las líneas estratégicas y las acciones que llevarán adelante durante el quinquenio, que tienen foco en la elaboración del Tercer Plan Nacional de Envejecimiento y Vejez 2026-2029. En ese sentido, como instituto rector de las políticas dirigidas a las personas mayores, destacó que “hay más de 66 instituciones y organizaciones que participan de los consejos consultivos, sumadas a más de 300 organizaciones de personas mayores”. Esto les permite “tener insumos” para la construcción del plan, que busca mantener una mirada a largo plazo con el “doble rol” de cubrir las demandas y generar y promover un cambio sociocultural.

Siendo otro de los lineamientos, habló sobre la necesidad de “un cambio de paradigma rompiendo los prejuicios, mitos y estereotipos hacia la vejez”. Para ello reforzarán la División de Fortalecimiento y Estudios sobre Envejecimiento y Vejez, con el fin de fomentar campañas de sensibilización sobre las diferentes temáticas que atraviesan a esta etapa de la vida. Además, se realizarán capacitaciones destinadas a funcionarios públicos, privados y a la población en general.

“Es necesario poner sobre la mesa a las vejeces en plural, pensar y permitir espacios para imaginar nuevas formas de envejecer y eso implica también un rol importante de la educación a lo largo de toda la vida”, expresó. Por otra parte, como respuesta a la demanda de las organizaciones sociales, entiende importante la implementación del Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, teniendo presente que Uruguay fue uno de los primeros países en ratificarla.

Como tercera línea estratégica nos encontramos con la ampliación de los servicios de atención a situaciones de vulnerabilidad y violencia, abuso y maltrato. “Al día de hoy, los servicios que existen son a nivel metropolitano y queremos ampliarlos para que sean a nivel nacional”, anunció. En ese sentido, lamentó que no cuentan con datos exactos de cuántas personas mayores viven en situaciones de violencia, porque son un sector poblacional que denuncian. Sin embargo, entiende que es una línea que hay que trabajar, al igual que en fortalecer el trabajo de prevención.

De acuerdo a las cifras más recientes, que Larzábal reiteró son alejadas a la realidad, se recibieron 178 situaciones aceptadas para iniciar una intervención. El 79,1 % de las personas afectadas eran mujeres. De los casos recibidos, el 48%  eran personas mayores de 79 años y el promedio fue de 78 años. El maltrato ha sido de orden psicológico (54,2%), seguido por el maltrato físico (42,4 %), el abandono (31,6%) y, en menor medida el abuso patrimonial, que constituyó el 18,6% de las intervenciones realizadas. El 44,6% de las personas sufrió un tipo de abuso y/o maltrato y el 42,4 % dos. La mayor parte de las agresiones son ejercidas por personas allegadas, sobre todo de hijos e hijas.

Por otro lado, hizo hincapié en avanzar en la certificación social de establecimientos de larga estadía, a través de la División de Regulación del instituto. “Esto implica un cambio de lógica, entonces buscamos promover acuerdos interinstitucionales para la creación de paquetes de medidas que estimulen a que los establecimientos se regularicen”, expresó.

Además, uno de los objetivos es crear el Fondo Semillero Concursable, para promover la participación de estas personas a través de proyectos colectivos socioculturales y comunitarios. “Estamos convencidos que habilitar espacios para el ejercicio de los derechos, la participación e integración, mejora la calidad de vida en las vejeces”, expresó. Siguiendo ese pensamiento, destacó que esa promoción permite que las propias personas mayores “empiecen a habilitar otras formas de imaginarse vivir la vejez y también se empiecen a romper los prejuicios y estereotipos que existen colectivamente”. Por eso en este mes de octubre la consigna es “La voz de las personas mayores transforma realidades”.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que la población de 65 años y más se incremente, de 15,8% en 2024 a 32,5% en 2070. Ante esto, Larzábal analiza que “ahora la vejez puede durar décadas”, entonces invita a reflexionar “¿cómo te imaginas de viejo? ¿Qué proyecto querés tener? ¿Qué querés hacer en esas vejez?”. En ese sentido, concluye que “hacernos esas preguntas como sociedad es importante para poder dar las respuestas”. Es así que Inmayores instala su estrategia con mirada a “construir respuestas que se vayan adaptando a las nuevas realidades y políticas con mirada a futuro”. Otro de los lineamientos, que nace a raíz de la demanda, es promover un programa incubadora para soluciones habitacionales alternativas. Si bien entiende que la sociedad “está cada vez más aislada”, las propuesta de colectivizarse en la vejez “sirven para promover experiencias colectivas de cuidado y nuevas redes”, ante una “sociedad donde predomina el viejismo”, que se traduce en la discriminación hacia las personas mayores.

Respecto al presupuesto, para llevar adelante todos estos lineamientos, habló del objetivo de duplicarlo, respecto al período anterior que se ejecutaron 2.400.000 pesos. Pero destacó que en este quinquenio pasarán a contar con 12.400.000 pesos, a utilizarse en la promoción de los lineamientos anteriormente señalados.

Uno de los principales desafíos que enfrentan las políticas a implementar es la falta de datos reales respecto a las realidades en territorio. “Por eso la importancia de investigar y preguntar. Porque también las respuestas que existen hoy están muy lejos de las que se necesitan, pero la construcción de políticas se da en sentido a la base de datos que hay”, estudió la directora.

Culto a la juventud

Larzábal analizó que “la sociedad uruguaya, al igual que la mayoría, tiene un culto a la juventud en detrimento del resto de las generaciones”. Entonces, considera que “el miedo a envejecer de los jóvenes responde también a que no se están pudiendo imaginar cómo puede ser esa vejez”. En ese sentido, desde Inmayores proponen habilitar herramientas para “imaginar cómo quieren envejecer y que eso se pueda hacer realidad”.

Por otra parte, al romper los prejuicios y que haya una diversidad de proyectos, fomenta la construcción de redes, que salen del ámbito familiar y el entendimiento de que las personas mayores son personas en el ejercicio de derechos. La directora aclaró que la idea tampoco es “terminar en modelos de vida frustrados” sino de dar respuestas a la pregunta de “¿qué va a pasar conmigo cuando sea viejo?”.

Finalizando, expresó que “depende de cómo la sociedad acepte la realidad de que estamos envejeciendo si llegamos tarde a dar respuestas a una población cuya tendencia es que crezca la cifra etaria de adultos mayores”. Es así que “tiene que haber coherencia en todos los planes nacionales y en las políticas que se están construyendo, para que haya proyectos de vida con sentido y con propósito, que impacten en la comunidad y en la persona y para que, a su vez, las generaciones más jóvenes tengan herramientas para abordar a las generaciones mayores”.