Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, recurrimos de manera constante a los múltiples aparatos y tecnologías a nuestro alrededor que facilitan muchas de las actividades cotidianas en el hogar, entorno de trabajo o en nuestro tiempo de ocio. Desplazarnos por la ciudad, comunicarnos con nuestros conocidos, entretenernos o hacer la compra de la semana: todo al alcance de nuestro bolsillo.
En este contexto, la percepción de los ciudadanos con respecto a la tecnología ha cambiado en los últimos 15 años. Se ha observado que desde 2008 el porcentaje de españoles que consideran internet como esencial ha aumentado en casi un 300%. Pero no solo eso, cinco de cada diez no podría sobrevivir en sociedad sin el teléfono móvil. Y esto se extrapola al resto del mundo.
Este análisis se basa en un estudio empírico a 18 países europeos, incluyendo Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal y Reino Unido, así como varios países del antiguo bloque del Este –Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Polonia, República Checa y Rumania–, y también otras tres sociedades con perfiles diferenciales: Estados Unidos, Israel y Turquía. La investigación se ha enfocado en entender cómo ha cambiado la percepción de la tecnología con el paso del tiempo, así como descifrar qué medios se consideran esenciales y cuáles prescindibles. La conclusión principal a la que han llegado es que la brecha digital, lejos de acrecentar, ha disminuido a tal punto de, prácticamente, desaparecer.
La TV y la radio pasan a un segundo plano
En un vistazo global, el estudio concluye que los ciudadanos de los países analizados muestran actitudes muy favorables hacia la tecnología, a cualquier rango de edad. La amplia mayoría sitúa a internet y al teléfono móvil como tecnologías esenciales, mientras que el ordenador personal genera división de opiniones.
Además, predomina la visión de que tecnologías tradicionales del siglo XX como la radio y la televisión ya no son esenciales en la sociedad. «No hay que alarmarse, en cualquier caso estamos hablando de dispositivos, no de los contenidos generados o transmitidos por radio y televisión como medios de comunicación y entretenimiento». La percepción se refiere principalmente a los aparatos de recepción, no a los contenidos televisivos y radiofónicos, a los que se accede con cada vez más frecuencia a través de internet y los dispositivos móviles, y siguen siendo de interés general. «Si alguien, por razones económicas tuviera que optar, obviamente comenzaría, a igualdad de precio, por los percibidos como esenciales, pero seguramente la mayoría tendrá TV, que a su vez se está transformando como dispositivo».
«Es inevitable que al final acabemos hablando más de riesgos que de las oportunidades que nos brinda la tecnología, y esta preocupación ha calado mucho en la opinión pública». Sin embargo, añade que tener una visión «tan drástica» como decir que los móviles son inútiles puede tener «más costes que oportunidades». «Es querer ponerse la venda a la realidad social, encaminada cada vez más a que la tecnología esté en todo momento y en todas partes».