Diario La R habló con el intendente de Salto, Andrés Lima, quien expresó que ya se votó en Diputados y se espera que en este mes quede aprobada en ambas Cámaras. La obra tendrá un costo de seis millones de dólares y finalizará el 31 de agosto. El Proyecto nació del trabajo entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y la Intendencia de Salto, en respuesta al reclamo de productores locales y operadores que proponían la creación de una persona jurídica de derecho público no estatal.
¿Qué forma jurídica tendrá?
Lo que prevé la ley es una central como persona pública no estatal; va a tener la misma forma jurídica que la UAM. Existió una modificación introducida por los diputados, en la cual estuvimos de acuerdo. La misma está relacionada a la junta directiva de la Central Hortícola del Norte.En su texto original, tenía un total de cuatro integrantes y estaba compuesto de la siguiente manera: uno de ellos por la Intendencia departamental de Salto, otro por el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, la parte de los Productores y el último por los operadores. Los legisladores propusieron un quinto integrante por parte de los Gobiernos departamentales al norte del Rio Negro. Tendrá una representación que será del tipo anual y rotativa. Nosotros estuvimos de acuerdo porque le da alcance regional a la central. De hecho, la producción hortícola no solo comprende al departamento de Salto, sino que a Tacuarembó, Rivera, Paysandú y Artigas. Es algo mucho más amplio que un solo departamento.
¿Cómo surge el proyecto?
El mismo es fruto del trabajo de la Intendencia de Salto junto con el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP). Ahora tenemos la posibilidad de involucrar a los Gobiernos departamentales de la región, y tener un representante. La obra finalizará el 31 de agosto.
¿Cuál es el costo?
El costo total son seis millones de dólares, esa es la cifra de la inversión. Esa suma de dinero se compone en base a aportes de la Intendencia de Salto, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el Ministerio de Ganadería; eso está establecido en el proyecto de ley y los productores. Ahora nos encontramos armando la licitación para los puestos. La central tiene además de cámaras de frío y la zona de oficinas para la comercialización, un total de 75 puestos de 200 metros cuadrados cada uno. Esos puestos se tienen que vender, deben ser adjudicados a los productores. Entonces estamos estudiando diversas experiencias. Una de ellas es la del Mercado Agrícola y otra es la UAM, para analizar si podemos tomarla como un insumo a la hora de resolver la cuestión. Asimismo, tienen que existir operadores, un llamado al trabajo. También la licitación de los 75 puestos.
¿Cuántos puestos de trabajo pueden generar?
Nosotros imaginamos que estamos hablando de más de 100 puestos de trabajo. Eso sin contar a los productores que ya tienen su propio personal. Uno recorre las chacras y quintas del departamento y todo productor tiene su personal fijo. Ahora sin contar eso, existen la seguridad y la vigilancia del predio, limpieza del mismo.
Los trabajadores que va a ocupar las oficinas, el cuidado del parking. Va a existir alrededor de la central y de forma directa más de 100 puestos de trabajo. De forma indirecta habrá varios centenares sin duda.
¿Cómo se comienza a gestar el proyecto?
El problema que tiene el sector es la poca rentabilidad que le deja al productor. Es decir, es la horticultura es una actividad que mueve mucho, pero se llevan una porción muy baja de las ganancias. Eso por el hecho de la forma en que funciona la producción del norte, hasta Montevideo.
Pongamos un ejemplo; hace unos meses en Sarandí del Yí, en el departamento de Durazno hacíamos una recorrida con un productor salteño y me expresaba que los duraznos los estaban vendiendo a 10 pesos en Salto y ahí se comercializaban a 35 pesos. Hay una ganancia superior, sobre todo de los intermediarios, los comisionistas que hace que la estabilidad del productor sea poca. Uno cuando hace una recorrida por las chacras de Salto y el cordón hortícola que rodea la ciudad, son las mismas chacaras de hace 15,20 o 30 años.
Es poco lo que han podido invertir. Por otro lado, tenemos que, dentro de la ciudad de Salto, funciona un mercado regional del norte, pero solo se compone por 21 productores. Los productores se reunieron, obtuvieron un lugar físico y allí remiten toda su producción. Entonces su rentabilidad es bastante superior al resto. Eso es mejorar la rentabilidad del sector, que el productor tenga otro margen de ganancia y esa rentabilidad mayor se vuelque en la unidad productiva, ya sea chacras, quintas, inversión en tecnología. Si se invierte en tecnología; hay que capacitar a los trabajadores.
En Salto hay cerca de 5 mil trabajadores, asalariados rurales, pero con jornales de unos 700 pesos, es una mano de obra poco calificada y lo que se pretende con la central es mejorar el ingreso del trabajador asalariado rural. Cabe remarcar que también lo que se busca es que sea beneficiado el consumidor final, porque el tomate, por ejemplo, luego de recorrer mil kilómetros, desde que salió de la chacra hasta que regresa a Salto, existe un sobre costo enorme que hace que se venda cara. Con la Central, habrá un beneficio directo en la economía de muchas familias.
