Hemos dicho en varias columnas que un objetivo central de este periodo de gobierno es la concentración de la riqueza, para posibilitar el aumento de la ganancia del capital.
En esa dirección, se propone el objetivo de reducir los salarios reales. Para ello el aumento de precios, es decir lo que se denomina inflación, es una herramienta central.
LOS DATOS
Miremos primero que ha pasado con los precios en este periodo. El gráfico 1 nos trae la evolución de precios y salarios, medidos por el Índice de Precios al consumo (IPC) y el Índice Medio de salarios (IMS). ¿Qué nos dice el gráfico? Que en dos años de gobierno de la coalición de derecha, mientras los precios han aumentado los salarios en promedio han aumentado.
Pero nos dice algo más. Nos dice que dentro de los precios, los rubros alimenticios han aumentado por encima de la media, 3,5 puntos más que el índice general.
El impacto sobre los hogares de menores ingresos
¿Por qué importa esto? Porque los alimentos según el Instituto Nacional de Estadística pesan un 23% en el consumo medio de los ciudadanos. Sin embargo, en los sectores de menores de ingresos, por ejemplo el primer 30% de hogares de menores ingresos su peso oscila entre 40 y 50%. Ello significa que la “inflación de los hogares de menores ingresos” por el mayor aumento de los alimentos es más alta. Osea que sus ingresos reales cayeron más en estos dos años que el de los hogares de ingresos medios y obvio menos aun de los hogares de ingresos altos, donde el peso de los alimentos es del orden del 10%.
El cuadro 1 nos trae información de algunos rubros específicos de aumentos de precios, incluyendo nafta y super gas así como alimentos seleccionados de uso masivo.
Allí vemos el importante aumento por encima de la media de cuestiones básicas como el arroz, la harina, los fideos, el aceite, cortes de carne entre otros. Seguramente la receta para un hogar de bajos ingresos es comer pollo y tomar mate.
¿Por qué sucede esto?
Una primera respuesta es que este es un problema del mercado que influido por el aumento de la demanda de alimentos, fruto del crecimiento del ingreso de los hogares provoca un aumento de precios. Es lo que se llama en la teoría económica la Inflación de Demanda. En este contexto social e histórico es falso, pues lejos de aumentar la demanda está cayendo. Ha caído el ingreso de los hogares y han caído salarios y jubilaciones el sostén principal de dichos ingresos y por ende del consumo.
Una segunda respuesta es que han aumentado mucho los costos salariales y eso ha provocado una necesidad de trasladar ese aumento de precios. Es lo que la teoría económica llama Inflación de Costos. Más allá de que en Uruguay el peso de los salarios en los costos de producción es de menor cuantía y por lo tanto su impacto siempre es relativo, en este caso es falso también pues los salarios reales están cayendo desde que asumió el gobierno.
La respuesta más acorde a esta realidad es que hay un proceso de puja distributiva y remarque de precios que explica este crecimiento. Un primer responsable son las cadenas de producción o importación asociados con las grandes superficies de venta en especial de alimentos. Sin control de precios y sin ningún tipo de regulaciones públicas, estas cadenas oligopólicas usan su poder de mercado (no el mercado sino su poder de mercado) para remarcar los precios.
Un segundo responsable es el Gobierno quien remarca muy por encima de los ingresos de la población, sus tarifas y estas inciden de manera directa por el consumo de esos bienes y de manera indirecta porque aumentan los costos de producción de las empresas.
En síntesis, los precios se han transformado en una variable central en las transferencias del trabajo al capital. Solo para tener una idea si un trabajador o trabajadora de ingreso medio (por ejemplo 40 mil pesos) en lugar de ajustar como ajusto (en julio y enero los privados y en enero los públicos) hubiera ajustado por inflación, en los dos años hubiera incrementado sus ingreso en un orden de 28 mil pesos. Es decirmás de medio mes de su trabajo, lo dono al capital por medio del ajuste por debajo de la inflación.
2. Consideraciones finales.
La Renta inflacionaria (o los llamados «triangulitos»)
El cálculo anterior se basa en comparar los ajustes cada vez que estos sucedieron. Sin embargo, el aumento de precios es un fenómeno que opera a diario y no espera el fin del semestre cuando ajustan salarios, Por eso el gráfico 2 nos muestra la evolución de precios y salarios mes a mes.
Si hiciéramos ahora el cálculo de esta “renta inflacionaria”, es decir comparando salarios y precios mes a mes y no cada ajuste semestral, la “donación” del trabajadora o la trabajadora al capitalsería de 35 mil pesos.
El futuro del año 2022
El año 2022 va a ser duro para las familias de trabajadores y de jubilados. Porque enero los jubilados aumentaron su ingreso en 6,16%, los trabajadores y trabajadoras públicas 7% y os trabajadores y trabajadoras privadas 3,5% en promedio. Los dos primeros no tendrán ajuste hasta enero de 2023 y los privados hasta julio de 2023.
Y los dos primeros meses de la inflación han acumulado una suba de precios de 3,3% y los alimentos en dos meses han acumulado el 5%. O sea, en el caso de los trabajadores privados ya “gastaron” todo su aumento y en el caso de los públicos y los jubilados 2 meses le absorbió la mitad de su aumento. Y si tomamos en cuenta los precios de los alimentos la situación es peor. O sea dicho de otra manera, seguramente en abril o mayo ya la inflación les comió el aumento y desde ahí deberán vivir a perdida. Esta es la cruda realidad.