El restaurante La Fontaine es uno de los sitios gastronómicos de excelencia de Atlántida. Su nombre proviene de una antigua heladería que se encontraba donde actualmente se emplaza este local, aunque había surgido durante la década del 50 en donde actualmente se ubica la plaza Artigas de la ciudad balnearia.
En los años 60, la sociedad conformada por cuatro propietarios, entre los que se encontraba Jorge Casaretto, decidió comprar el predio situado en Calle 11 esquina Ciudad de Montevideo -donde se encontraba una antigua estación de servicio- que fue acondicionado para instalar la heladería y otros negocios. En 1969 falleció Casaretto y los tres socios decidieron alquilar el local.
“Se arrendó con el nombre de La Fontaine, vinieron varios inquilinos. Después fallecieron, las partes empezaron a cambiar, llegó a haber mucha gente en el condominio por los sucesores, hasta que en un momento determinado compré una de las partes y quedé integrado en ese condominio”, expresó Máximo Amorín, propietario del restaurante La Fontaine, a Diario La R. Curiosamente, Amorín no llegó a ser yerno de Casaretto, dado que se casó con su hija cuatros años después de su fallecimiento.
El empresario llegó al sector gastronómico luego de haberse desempeñado en otras áreas vinculadas a los servicios. “En un momento determinado, el inquilino que estaba en este local se fue y vi una oportunidad para hacer algo más y se lo alquilé a mis socios digamos, a los condominios, y acá estoy”, sostuvo.
La Fontaine se encuentra en un local de 500 metros cuadrados con capacidad para más de 400 comensales, lo que lo ubica como uno de los principales locales dentro del rubro en la ciudad balnearia por excelencia de Canelones, y abre sus puertas de lunes a domingos de 10 a 00 horas. Es un comercio pet friendly, por lo que se puede concurrir con mascotas a las que también se las atiende brindándole agua.
Acerca del trabajo durante el año, su dueño indicó que fuera de temporada se trabaja bien debido a que Atlántida, producto de la crisis generada por el Coronavirus / Covid-19, ha padecido un aumento poblacional muy importante. “La gente vino huyéndole a Montevideo que era donde estaba más complicado y la gente que tenía su casa de veraneo, ¿qué hizo? Fue cuando más trabajaron las barracas y las ferreterías porque pusieron aire acondicionado que no necesitaban y arreglaron sus casas. Después que la pandemia se controló, como tienen todas las comodidades y estaban mucho mejor acá -en vez de estar atrapados en un apartamento o en lugares en los cuales no tenían mucho espacio- pasaron a vivir en casas que tenían terrenos importantes, arbolados, etc., y no se fueron. Esa gente hizo que, en cierta manera, la población aumentará de manera importante”, señaló.
Respecto al balance que realiza sobre los primeros días de la temporada estival, Amorín dijo que han sido muy buenos. “Todos, sin excepciones, trabajamos como hace muchos años no trabajábamos. Es más, estoy con el restaurante hace seis años. Creo que para comparar una temporada similar, que no puedo comparar yo en este rubro porque no estaba como gastrónomo, debe hacer como, por lo menos, 10 o 12 años que no se podía comparar del mismo”, argumentó.
La clave:
“Nosotros estamos a la espera de ver cómo evoluciona porque esto es un poco, puedo decir, atípico, por lo menos para mí. Sabemos siempre que el principio de enero -hasta el 15 o el 20- es el momento en que hay más público, pero si bien decae depende de cuánto decae. Mi idea es de que puede decaer, pero no mucho. Sigo preparado siempre para poder recibir al público con todo”
Máximo Amorín – Propietario del restaurante La Fontaine
