La problemática de la deserción y el apoyo de la IA a la retención estudiantil

La deserción es un problema común de abandono y desgranamiento continuo.

En estos días estuve en la Universidad San Carlos, de Paraguay, conversando en el V Simposio de Educación, sobre la deserción, la retención y el potencial uso de la IA. Esta esta una realidad que se expresa muy fuertemente en nuestros sistemas educativos. La deserción es un problema común de abandono y desgranamiento continuo que se inicia desde el primer día de estudios y que se va desarrollando en forma continua, aunque se visualice en los momentos de exámenes y reinscripción, que es cuando la institución toma conciencia, dado que se carece de una analítica que le dote de información de ese proceso. Ella es derivada de un tipo de  masificación con diversidad de estudiantes que conforma múltiples subculturas y particularismo educativos, que el modelo docente e institucional no está en capacidad de responder, en tanto se requiere una atención individual a los diversos grupos que componen la dinámica del aprendizaje, tales como un servicio tutorial, al igual que un alto nivel de información sobre las trayectorias escolares, un  seguimiento organizado y una unidad administrativa focalizada que con apoyo de IA pueda atender el problema. Hay varios tipos de deserción que tienen sus propias explicaciones y que requieren atenciones particulares.  Desde una deserción precoz cuando el estudiante no se integra al colectivo y no engancha por ende en el proceso educativo, por el tipo de subculturas dominantes o estilos de enseñanza, a una deserción temprana cuando se constata la rigidez escolar que denota la necesidad de estructuras flexibles de créditos, sistemas de prácticas o apoyos institucionales. Y posteriormente una deserción avanzada que se asocia al ingreso al mercado de trabajo y al cambio de las condiciones personales de los estudiantes que comienzan a ser trabajadores y no exclusivamente estudiantes, que requiere modelos híbridos y virtuales de enseñanza, hasta una deserción final, en la casi terminación de los cursos, que muestra la inflexibilidad de salidas y un modelo de egreso basado solo en la tesis.

Estos procesos escapan a las instituciones y los sistemas educativos como lo muestran las estadísticas y las realidades humanas de abandono y fracasos de vida. Las Instituciones carecen de información precisa, orientación vocacional,  asistencia y apoyo académico en crear mejores  estrategias de aprendizaje, hábitos de estudio o mejor manejo del tiempo libre ante la nueva vida social de los jóvenes. Las actividades sociales son muchas veces ideológicas o excluyentes y las extracurriculares no están creditizadas apoyando una mejor articulación escolar.   Se carece de opciones que permitan homologar o hacer transiciones sin perder lo ya avanzado cuando se quiere cambiar de estudios por nuevos intereses, y faltan micro certificaciones y prácticas creditizadas de las competencias.  No en vano se calcula en un 50% la media del tiempo adicional de las carreras, y los datos refieren a 16% de permanencia; 31% de concluyentes y 53% de deserción en el doble de tiempo de los estudios.

La situación varía y las tasas de abandonos son inferiores en los países con sistemas más selectivos y superiores donde se tiene un sistema abierto. La deserción es mayor entre hombres, población de bajos ingresos, personas del interior, estudiantes de colegios públicos, de grupos minoritarios y quienes trabajan. Es  diferenciada en las carreras sociales que en las de salud y hay  diferencias entre carreras de Ciencias Sociales, carreras prácticas y carreras más complejas de Ciencias. El rango de variación de las tasas de abandono es abismal y oscila entre el 8 y el 90%, y lo mismo ocurre con las tasas de retraso. Sin duda  la  deserción en carreras de Ciencias refiere a bajo rendimiento académico por  insuficiente preparación previa y falta de cursos de nivelación, pero también incide la baja aplicabilidad. Lo que no varía es la reducida atención al problema y la falta de  respuesta, de información y de conocimiento sobre los costos sociales, económicos y humanos. Ello redunda en dificultad de lograr los índices de retención que demandan los sistemas de aseguramiento de la calidad o incluso la ética y la política, así como alcanzar las tasas de egreso y de dotación de recursos en el mundo del trabajo. No ha habido muchas respuestas hasta ahora donde la IA permite nuevas herramientas para reducir la deserción al personalizar el aprendizaje, generar información y evaluar patrones de comportamientos.  Los chats bots, el análisis de los datos, la respuesta individual, el suministro de recursos de aprendizaje, o la evaluación de los niveles de riesgos y las perspectivas de éxito están está abriendo un nuevo paradigma para la gestión de un problema real complejo.

Eco. Claudio Rama

Dr. ED; Dr. DER; Post. Dr

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