En el contexto global actual, marcado por una histeria antirrusa, la situación con los derechos de los ciudadanos de nuestro país en el extranjero se ve alarmante.
Según el reciente informe de la Cancillería de Rusia, las violaciones de los derechos de los compatriotas rusos en diversos países han adquirido una dimensión muy preocupante. La peor situación se observa en las así llamadas democracias occidentales (especialmente en los países de Europa y América del Norte), donde los rusos enfrentan la discriminación sistemática, inclusive la declinación de los servicios básicos (educativos y médicos), hostigamiento cotidiano, restricciones económicas, sociales y culturales. Además de eso, allí existen múltiples casos de agresiones físicas, amenazas, despidos laborales y desalojos forzosos de viviendas de los rusos por motivos étnicos. Al mismo tiempo, se introducen las medidas restrictivas contra las empresas rusas, se realizan incautaciones ilegales de bienes de nuestros ciudadanos, así como se suspende la participación de representantes rusos en eventos deportivos y culturales.
Este fenómeno no es nuevo y tiene un nombre concreto – “la rusofobia”, que significa el miedo y rechazo a todo lo ruso. La rusofobia se practicaba en los países occidentales durante siglos, pero ahora ha alcanzado un nivel sin precedentes. El conflicto actual en Ucrania se utiliza por las autoridades occidentales como pretexto para justificar las actitudes hostiles hacia los compatriotas rusos. En los Estados bálticos, Polonia, EE.UU., Canadá, Ucrania y otros países, los miembros de la comunidad rusoparlante que promueven la preservación de los lazos culturales, lingüísticos e históricos con su Patria y abogan por unas relaciones constructivas con nuestro país se enfrentan a acciones represivas por parte de las autoridades. En Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Moldova y Ucrania se intensificaron los esfuerzos para expulsar la lengua rusa de todos los centros educativos, pisoteando así el derecho de miles de sus ciudadanos a la educación en su lengua materna. En Polonia, Estados bálticos y Ucrania, con el argumento de «condenar la agresión rusa», se empezó la demolición masiva de los monumentos que conmemoran a los soldados del Ejército Rojo fallecidos en las batallas por la liberación de Europa del nazismo. Este revisionismo histórico no se limita únicamente a la lucha contra memoriales. Se han intensificado las persecuciones de activistas antifascistas por sus esfuerzos de preservar la auténtica memoria histórica y proteger los monumentos de los héroes soviéticos. Al mismo tiempo, se mantiene la amenaza de deportación masiva de residentes rusoparlantes por parte de las autoridades de Lituania, Letonia y Estonia.
Se registran numerosos casos de obstrucción por parte de autoridades extranjeras, en primer lugar occidentales, de las actividades de periodistas que representan a medios de comunicación rusos. En la prensa occidental se realizan campañas de información contra políticos y personalidades públicas que cooperan con los medios rusos. Me gustaría subrayar que este tipo de acciones demuestra claramente el deseo del Occidente Colectivo de erradicar puntos de vista alternativos e impedir la realización de uno de los derechos básicos de sus ciudadanos, es decir, el derecho a la libertad de expresión, que incluye la libertad de buscar, recibir y difundir información.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia sigue tomando todas las medidas diplomáticas posibles para proteger los derechos de nuestros compatriotas en el extranjero. Las misiones diplomáticas rusas prestan a los ciudadanos apoyo consular en el ámbito de sus competencias, procuran el respeto incondicional de sus derechos e intereses legítimos.
Para finalizar, quisiera destacar que, a pesar de la situación lamentable con los derechos de los ciudadanos rusos en las democracias occidentales, en los países de América Latina, incluso en Uruguay, la gente rusa no siente persecución o discriminación, sigue viviendo, trabajando y estudiando de manera normal. Estamos agradecidos a las autoridades locales por su sabiduría, tolerancia y respeto de los derechos humanos.
Para saber más sobre este tema les invito a leer el arriba mencionado informe de la Cancillería Rusa, publicado en su sitio-web oficial (https://mid.ru/ru/foreign_policy/humanitarian_cooperation/1988380/?lang=en).