Los chips: base de la nueva economía del capitalismo de plataformas

La disrupción de la inteligencia artificial está impulsando a pasos acelerados una transformación  y reconfiguración de las bases de la economía digital a escala global. Son cambios que se producen en las demandas, en los tipos de ofertas y productos, en las formas de producción y de trabajo, así como en la articulación entre el trabajo y las máquinas y que por ende se derivan en nuevas políticas públicas y también en diferenciadas competencias laborales. Mirar con atención como las disrupciones en la nueva fase del desarrollo digital se constituye en un elemento central para identificar la dirección de los cambios venideros en todos los campos, y especialmente en el mundo educativo y del trabajo.

La lógica de éstas transformaciones de la microelectrónica y la programación, se focalizan en la industria de producción de semiconductores, y en la irrupción de una nueva generación de chips. Y específicamente en una articulación de sus componentes con el desarrollo de tarjetas gráficas integrales que brindan diversos servicios de procesamiento de datos relacionados con texto, imágenes y sonidos. El corazón de ellas es laUnidad de procesamiento gráfico (GPU), que se conforma como un circuito altamente complejo y que integra varios miles de millones de transistores diminutos con múltiples núcleos que tienen una capacidad de procesamiento independiente y a la vez articulado. De la cantidad y capacidad de estos núcleos depende la potencia, con la cual se alcanzan los niveles de cálculo buscados. El trabajo que realizan los chips y las tarjetas es procesar datos y realizar cálculos y procesos a través de algoritmos establecidos. Con ellos el manejo de la información, su velocidad, su tiempo de resolución,  se constituye en el centro de sus prestaciones y de los servicios.  Tales actividades a su vez, impactan en la cantidad de energía y materiales que consumen. El diseño de los chips y sus tareas, los materiales con los cuales se hacen y su capacidad de conducción, las impurezas de estos o la cercanía en nano milímetros entre sus componentes, son determinante de los niveles de  consumo de energía por unidades de cálculo, y por ende también en su eficiencia y capacidad de realizar tareas. 

La innovación en el diseño y producción de estas placas y chips, es el centro de la competencia entre las empresas del nuevo ecosistema digital así como de los países por el impacto de ello hasta en las armas o la productividad. Por ello, estamos frente a una batalla por la innovación que es tan acelerada que supera los ejes de la protección de los derechos de patentes, e impone múltiples procesos de formación de recursos humanos capacitados, incentivo a las inversiones y fondos públicos. Es que el soporte real de esta pelea se focaliza en los recursos económicos necesario para la investigación y desarrollo de estas innovaciones. Las nuevas ley de incentivos a la producción de chips en Europa, Japón, Corea o USA, así como el crecimiento del valor en las bolsas de las empresas que están realizando las enormes inversiones, o hasta las compras de armamentos que todos usas chips potentes, son parte de esta guerra económica del siglo XXI y que se focaliza en varios frentes. Sin duda la competencia entre empresas, que sido ampliamente ganada hasta la fecha por Nvidia y se centra en el diseño de estas tarjetas gráficas de chips que integran diversos componentes de memoria, velocidad, actividades y formas de realizar las tareas son uno de los elementos. Estas micro computadoras cada vez más especializadas para cada tipo de actividades, y que procesan los requerimientos de información necesarias para un tipo de trabajo de manejo de informaciones específicas, requieren innovación científica, marcos legales de incentivo y formación de recursos, pero sobre todo plata. En un ti8empo los recursos los generó la industria de video juego, pero ahora es toda la economía que requiere estas máquinas-herramientas de los chips. No es casualidad que se han constituido en el centro de la mayor parte de las actividades técnicas y tecnológicas: desde la producción de coches que se apoyan en este tipo de placas y chips, a las armas modernas de guerra, o a los miles de equipamientos tecnológicos que requieren de modernos chips específicos. Pero especialmente se está constatando que la demanda proviene de los miles de Centros de Datos alrededor del mundo, que funcionan no meramente como nodos de internet, sino como palancas de soportes de la ciencia de datos, la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML). Así, la actual expansión de la producción de chips y el crecimiento en bolsa de las empresas productoras y asociadas a este nuevo paradigma, descansa tanto en la renovación y expansión de estos Centros de Datos que son los soportes de la economía del nuevo capitalismo de plataformas y del tráfico mundial de información. Cuando este cambio tecnológico esté concluido veremos la mayor expansión de la nueva economía de la información y nuevas formas de su gestión que impactarán en el mundo del trabajo

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