Luis Pérez Aquino: “El SODRE tiene que ser de todos, no solo de Montevideo”

La vida de Luis Pérez Aquino ha estado atravesada por la música desde su infancia en Tala, localidad ubicada al noreste del departamento de Canelones. Hijo de comerciantes, recuerda que su vocación artística sorprendió a la familia. “Siempre desde chico me tiró mucho el arte y la música, ante el horror de toda la familia, porque era rarísimo”, sobre todo que, para su corta edad, tuviese claro que el camino iba por el piano y la música académica, confiesa.

Su talento lo llevó primero a Montevideo y luego a obtener becas en Brasil y Argentina. Pero el gran salto se dio al ganar el Concurso Nacional Federico Chopin, organizado por la Federación Chopin y el gobierno de Polonia, el cual lo llevó directo a Varsovia. Pese a ya contar con cierta experiencia al haberse presentado tanto con orquesta, como solista en Uruguay, el año 1989 marcaba una gran diferencia en el contexto sociopolítico que vivía el país. Pérez Aquino coincidió con “todos los problemas sociales y culturales” de la época, lo que consideró “maravilloso” porque le permitió conocer de arte, literatura y, sobre todo, disciplina.

Años después, Roma lo recibió para un curso de perfeccionamiento en la Academia de Artes, el cual se transformó en una estadía de más de tres años. Con giras, conciertos y un contacto intenso con la cultura italiana, su carrera se consolidó.

De la gestión local a la presidencia del Sodre

De regreso en Uruguay, Pérez Aquino se volcó a la docencia y la gestión. Fue invitado a formar parte del Conservatorio de la Intendencia de Canelones, el puntapié inicial para desempeñarse en gestión cultural. También fue director artístico del departamento y durante doce años integró el Fondo Nacional de Música. Al respecto, comentó que es un cargo que lo “honra muchísimo”, ya que se trata del único puesto dentro del instituto que es elegido por músicos e instituciones.

Ese conjunto de experiencias lo preparó para el desafío de asumir la presidencia del Sodre, aunque reconoce que dudó antes de aceptar. Para empezar, aclaró que “es un honor cuando te proponen ser presidente de un organismo como es el Sodre, conociendo las complejidades”. Pese a ello, hubo cuestionamientos debido a la “comodidad” que sentía en Canelones. “Estaba muy bien en Canelones: tenía mis alumnos, mis conciertos, mis festivales. Pero después pensé: ¿por qué no? Es el momento justo, tengo la edad adecuada y por algo me lo ofrecieron”, señaló.

El apoyo de colegas y funcionarios del Sodre lo impulsó a aceptar la presidencia. “Mucha gente me dijo: ‘qué fantástico que un músico esté al frente de la institución’. Eso me dio mucho impulso. Acá estoy”, asegura.

Democratizar la cultura

Uno de los principales objetivos de su gestión es descentralizar la actividad cultural. “A mí me gustaría que el Sodre, si bien es nacional, fuera más nacional”. Para ello busca coordinar con las direcciones de Cultura departamentales y escuchar qué necesitan las comunidades.

Pérez Aquino ha sido crítico sobre la situación histórica del Instituto. “Vamos al interior a llevar un programa, pero nunca hicimos un trabajo de campo para preguntar qué necesita la gente. Incluso hay artistas valiosísimos en el interior a los que les cuesta muchísimo venir a Montevideo. Tenemos que atender esa realidad”, explica. Las problemáticas van desde la locomoción para llegar a la capital del país hasta conseguir una sala para grabar.

Su experiencia en el Fondo Nacional de Música lo acercó a diferentes problemáticas. Comenta que, por lo general, para las personas que desean estudiar música en Montevideo, ya sea en la Escuela Universitaria de Música, en las escuelas del Sodre o en instituciones privadas, uno de los grandes problemas es el traslado. “Había gente que no tenía para pagarse el boleto, para la pensión, incluso para comer. Esas cosas tienen que ser atendidas de un modo u otro”.

Descentralizar no significa únicamente llevar elencos a los diferentes departamentos, también implica acercar al público a la capital para que los espectáculos puedan ser vistos “en su propia casa”. Añade que el significado que brinda el Auditorio Nacional junto a las diferentes salas es una experiencia “que se tiene que vivir”.

El Sodre plantea realizar giras con los diferentes elencos, lo cual, adelanta, “va a depender muchísimo del presupuesto, pero también de las alianzas que hagamos, porque no todo es plata. Sí, la precisamos, pero también precisamos gestión y estar alineados”. Agradece el trabajo en conjunto que se realiza con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), lo que permite hacer uso de los Espacios MEC, al igual que diferentes alianzas estratégicas que se han hecho con Medios Públicos.

Acceso y pertenencia al Sodre

El presidente Pérez Aquino es consciente de que todavía persiste la idea de que el Sodre es un lugar para pocos. “Si venís al Sodre, podés ver un ballet de primerísimo nivel por entradas más que accesibles. Hay entradas de 200 pesos. El problema no es económico, sino cultural: muchos sienten que no tienen ropa adecuada o que no pertenecen”. Por lo tanto, cree necesario desarrollar y potenciar los programas para “abrir el teatro y lograr que la gente se acerque, pero también que el teatro salga a abrazar a la gente, que el teatro vaya a buscar a esa gente”, afirma.

Un ejemplo que toma como inspirador es el programa Escuelas Rurales al Auditorio. Niños que nunca habían salido de su localidad llegaron a Montevideo para ver El lago de los cisnes. “Fue maravilloso y muy conmovedor”, reconoció.

Después de la jornada, Pérez Aquino recuerda recibir un sinfín de videos y publicaciones en redes sociales en las que niños de escuelas rurales bailaban fragmentos de la obra al lado de un tajamar o escuchaban su música. “Fue una jornada muy especial porque también contó con la visita del presidente Yamandú Orsi, quien tiene un vínculo muy notorio con las infancias”. A su vez, en esta ocasión se sumó otro programa impulsado por el MEC, llamado Infancias al Teatro.

Regreso a las raíces radiales

El presidente del Sodre destacó la importancia de haber retomado las transmisiones en directo de los cuerpos estables de la Institución a través de los Medios Públicos, un hecho que calificó como profundamente emotivo. “El primer contacto que yo personalmente tuve desde mi lugar, desde Tala, fue a través de CX6. Yo iba a ayudar a mi padre a la panadería y ponía CX6”, recordó. Para el pianista, este regreso implica reconectar con las raíces radiofónicas de la institución: “Fue maravilloso, te llamaba gente del interior profundo para decirte ‘qué lindo el Chopin que tocó’, o ‘qué bueno lo que escuché’. Los músicos se han visto muy metidos, muy apropiados de esta recuperación”.

Además, resaltó que el relanzamiento no solo busca recuperar la tradición, sino también proyectarse con nuevos formatos. “Queremos retomar plenamente las transmisiones en directo por Canal 5”, adelantó. En ese camino, valoró la relación con la nueva directora del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional, Erika Hoffman, a quien definió como “una persona formidable”. Pérez Aquino agregó: “Tenemos mucha empatía, coincidimos en todo y estamos creciendo juntos. Ha sido un placer enorme conocerla porque se ha revelado como una compañera estupenda de viajes y muy colaboradora, muy atenta, cálida. Es lindo conocer a Erika”.

Escuelas y proyección internacional

Las Escuelas Nacionales de Formación Artística son otro pilar del Sodre. Pérez Aquino subrayó el rol central que cumplen los conjuntos juveniles y las escuelas de formación artística del Sodre como semillero de talentos y motor de proyección nacional. “La Orquesta Juvenil del Sodre o los núcleos que dependen de la Fundación Un Niño, Un Instrumento son las formativas, que son como el orgullo del Sodre”, afirmó.

Según explicó, el diferencial está en la programación y en seguir potenciando la calidad: “La orquesta está pasando un momento estupendo. Hace muchísimos años que no sonaba tan bien. Vamos a invitar a más directores extranjeros y programar más música de compositores nacionales y, si son vivos, mejor”. También señaló que se trabaja en la actualización de los programas de las Escuelas Nacionales de Formación Artística: “Es una obligación moral hacer territorio y llegar a todos los rincones del país, a través de los Espacios MEC o los convenios con las intendencias. Queremos que cuando vayan la orquesta, el ballet o el coro, también vayan las Escuela Nacional de Formación Artística a dar clases, a preparar y a nutrirse de lo que pasa en el interior profundo”.

En cuanto a la proyección internacional, destacó que la institución busca potenciar el posicionamiento de artistas uruguayos en el exterior. “Estamos invitando a muchos artistas uruguayos que están en el exterior a formar parte de las programaciones, hay compositores que vienen a estrenar sus obras aquí y mucha gente que vive afuera se acerca desinteresadamente porque quiere ser parte de este proyecto”, señaló. A futuro, uno de los objetivos es fortalecer la difusión regional e internacional: “Estamos trabajando en la idea de que el Sodre o el ballet puedan hacer una gira, primero regional y luego más amplia. Están para hacerlo y tienen el nivel de calidad. Es cuestión de gestionar”.

Presupuesto para la cultura

En un contexto marcado por la presentación del proyecto presupuestal para el quinquenio, Pérez Aquino explicó que el Sodre presentó un plan al Ministerio de Educación y Cultura, el cual fue elevado al Parlamento para su consideración. “Cruzamos los dedos para que se apruebe y poder hacer cosas”, señaló, aunque subrayó que los recursos, por sí solos, no son suficientes: “Si bien es fundamental porque es muchísimo dinero, sin gestión no se hacen grandes cosas, y mucha gestión sin dinero tampoco. Hay que conseguir un buen equilibrio”.

Dentro de las prioridades incluidas en el proyecto se destacan la mejora de los elencos, el fortalecimiento de la formación y la preparación hacia una fecha clave: el centenario del Sodre en 2029. Con la mirada puesta en ese aniversario, Pérez Aquino proyecta un festejo que abarque todo el país: “Tenemos que hacer un gran festejo nacional y poner al Sodre en el lugar que se merece, pero que quede perpetuado por la gente que trabaja”.

Un Sodre para todos

Para Pérez Aquino, el mayor desafío es lograr que la ciudadanía se apropie de la institución. “El Sodre tiene que ser de todos. Me imagino un Sodre más democrático, más amplio territorialmente y con una calidad cada vez mayor”, resume.

Con más de cuatro décadas dedicadas al piano, a la docencia y a la gestión, el nuevo presidente sabe que la cultura es un derecho y no un privilegio. Y así lo reafirma: “Somos un teatro de puertas abiertas. Es un teatro económico, no son entradas incomprables, siempre hay localidades accesibles para todo el mundo. Es el teatro nacional, es el Auditorio Nacional, es el auditorio de todos los ciudadanos, no de una élite privilegiada”, concluye.