En su discurso final de la Cumbre de Líderes del G20, que tuvo lugar en la ciudad de Río de Janeiro, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamado a la comunidad internacional a considerar la creación de un Consejo del Cambio Climático en Naciones Unidas, con el objetivo de articular los esfuerzos dispersos entre actores, procesos y mecanismos climáticos a nivel global.
Lula destacó que el cambio climático es una de las principales amenazas para la humanidad, subrayando que «la esperanza renace con cada compromiso y acto de valor en defensa de la vida y de la preservación de las condiciones en que nos fue dada». En ese sentido, invitó a los países presentes a fortalecer la cooperación internacional para enfrentar la crisis climática y promover un futuro más sostenible.
Uno de los puntos centrales de su intervención fue la COP29, que se celebrará en Bakú, Azerbaiyán. Lula instó a los líderes mundiales a lograr acuerdos concretos para financiar la lucha contra el cambio climático durante esta conferencia, evitando postergar las decisiones clave para la COP30 en Belém, Brasil, en 2025. Para el mandatario brasileño, la situación actual exige acciones inmediatas.
Acciones reales
Lula también lamentó que el Protocolo de Kyoto se haya convertido en un referente de frustración debido a la falta de avances significativos, y recordó que la COP15 en Copenhague representó un trauma para la diplomacia climática, debido a su fracaso en alcanzar compromisos globales. En cuanto al Acuerdo de París, que cumple 10 años este 2024, advirtió que sus resultados han sido insuficientes para frenar el calentamiento global.
«No hay más tiempo que perder», subrayó el presidente brasileño, haciendo un llamado urgente a una mayor ambición climática de las principales economías del mundo, particularmente las naciones del G20, que representan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, destacó la importancia de que los países del G20 adelanten sus metas de neutralidad climática de 2050 a 2040 o incluso 2045.
La Fuerza de Tarea para la Movilización Global
Como parte de sus esfuerzos, Brasil ha lanzado la Fuerza de Tarea para la Movilización Global contra el Cambio Climático, una iniciativa que reunió, por primera vez, a ministros de Finanzas, Medio Ambiente, Relaciones Exteriores, y presidentes de bancos centrales para discutir cómo enfrentar el desafío climático. Lula instó a los miembros del G20 a comprometerse a elevar el nivel de ambición para la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs), con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
El presidente brasileño reafirmó la postura de justicia climática, fundamentada en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que reconoce las distintas capacidades de los países para abordar la crisis climática.
Compromiso con la ONU y la UNESCO
Lula también comunicó que Brasil continuará trabajando estrechamente con la ONU y la UNESCO en la Iniciativa Global para la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático, un esfuerzo conjunto para combatir la desinformación sobre el cambio climático y promover una mayor transparencia en los datos relacionados con el clima.
Al concluir su intervención, el presidente brasileño subrayó la importancia de que el G20, como foro de cooperación internacional, asuma un papel de liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Tras la sesión, Sudáfrica asumirá oficialmente la presidencia del G20, marcando el inicio de una nueva etapa en la diplomacia climática mundial.
El mensaje de Lula resuena como una llamada de atención urgente sobre la necesidad de una acción climática coordinada y ambiciosa a nivel global, un esfuerzo que solo será posible si se superan las barreras políticas y económicas que han obstaculizado el progreso hasta el momento.