El 28 de junio se cumplieron 10 años de la reapertura del Mercado Agrícola de Montevideo (MAM) y este año se celebra el onomástico número 110 de su inauguración. ¿Qué significa este aniversario?
El festejo de un mercado revitalizado armoniosamente y que respeta todo lo que fue lo patrimonial que se ve en él, lo que logra una mixtura de un conjunto de comercios de lo más diversos rubros, como no hay otro en Uruguay, y que permite que la gente venga a disfrutar y lo utilice como un espacio que le pertenece, un espacio público lleno de oportunidades, de disfrutar de cosas y hasta una agenda cultural muy importante. Realmente cumplir 10 años es una alegría.
Es un proyecto de mucho éxito porque se transformó en un ancla para el desarrollo del barrio que permitió que otras cosas que no tienen que ver con nosotros, pero sí con la posibilidad de disfrutar del barrio, comenzaran a funcionar como no lo hacían previo a la existencia del MAM.
A lo largo de lo que ha sido esta década, ¿se han cumplido todos los objetivos que la Intendencia se había trazado cuando comenzó su plan de recuperación?
Hay vaivenes como en cualquier actividad. Creo que lo más complicado lo tuvimos en la pandemia, un periodo en el cual la gente no se podía juntar, que había que andar con tapabocas. Nosotros tenemos una plaza de comida bastante importante y eso casi que impedía que la gente viniera o la gente comúnmente retraída también no salía. Los 10 años no es un período parejo; por suerte salimos de la pandemia y hoy estamos con el 100 por ciento de los locales ocupados, pero el cambio en el período es importante.
Entonces, no se cumplieron todos los objetivos. Podríamos decir que sí se cumplió lo más importante: el MAM sigue vigente, es sustentable, le ha dado vida al barrio y lo más importante que vemos nosotros es que además es un lugar en el que los vecinos se sienten identificados y lo pueden venir a disfrutar día a día y tienen una oferta de productos que están en cuenta en comparación con otro tipo de superficies como son las ferias en cuanto a las frutas y verduras.
Lo que sucede es que, además de ser un mercado, es como un espacio público techado o cerrado; cumple otra función, además de la comercial.
Sin duda, y eso es lo que nos alegra. Lo vemos como muy positivo. Nosotros lo llamamos así, una plaza pública que tiene techo. O sea, en el concepto de plaza pública abierta.
Además de los espectáculos que realizamos todos los jueves, hay distintos grupos de personas que nos piden utilizar una parte del espacio para alguna actividad y siempre estamos abiertos a tratar de conseguir que lo puedan hacer. Por ejemplo: Alcohólicos Anónimos, la comparsa Elegguá que ensayó en nuestro espacio o grupos de las Facultades que tenemos cerca que a veces necesitan determinadas actividades. Siempre le buscamos la vuelta para que tengan cabida en nuestro espacio.
¿Cómo ha variado la oferta a lo largo de todos estos años?
Se mantiene la variedad original (de su reinauguración) básicamente de tener desde todo lo que tenga que ver con la alimentación, porque acá hay panadería, pescadería, pollería, carnicería, las más diversas frutas y verduras y productos secos, pero además hay una gama de servicios que también es importante desde el Ministerio de Interior que tiene oficinas, cadenas de pagos y cobranzas, farmacia, pañalera, supermercado, tiendas de electrónica, tiendas de ropa con calzado y regalería. Esa oferta, más allá de que alguno de los operadores haya cambiado, se mantiene. Incluso, ha variado algún comercio, pero han venido otros de rubros parecidos.
Quizás, la diferencia que podría decir con el inicio es que en ese momento teníamos más espacio para las frutas y verduras y hoy hay cuatro operadores con el tema que son dos menos que los que había inicialmente.
¿Las frutas y las verduras siguen siendo los productos que más se comercializan?
En volumen sí. O sea, en cantidad de kilos de alimentación es la más importante.
¿Cómo se congenia, justamente, el ser espacio público, como decíamos anteriormente, con el ser mercado y con el brindar una oferta artística?
Esa es la esencia del MAM. Para nosotros brindarle a los vecinos los mejores servicios que podamos ofrecerles incluye el tener una oferta cultural. Tenemos un equipo que está asociado al área de Comunicación que busca en forma variada contratar shows que puedan ser interesantes para la gente. Así es que tenemos una oferta variada. Tratamos de que el primer jueves de cada mes haya tango y los otros son de folclore, rock o plena.
Ahora, por el décimo aniversario, además de los jueves de junio, tuvimos un Taller de Murga con “Pitufo” Lombardo el 17 y el 24, el festejo de San Juan el 23, tuvimos la transmisión en vivo del programa Ciudad Viva de TV Ciudad el 26, 28 y 29, se presentó Mauricio Ubal con La Sayago Murga Band y la Orquesta Filarmónica de Montevideo el 28 -en donde Ubal estrenó dos canciones que nunca ha hecho en vivo, una para el MAM y otra para el barrio Goes-, tuvimos a Lombardo el 30, el sábado hubo un desfile de moda y el domingo un disfrute especial de Avalancha Tanguera.
Cabe destacar que son todos bienvenidos porque, creo que todo el mundo lo sabe, toda esta oferta cultural es gratis.
La clave:
“Este mes vamos a tener todos los jueves espectáculos más los sábados que hay un local que también tiene una actividad cultural con milonga y baile. A su vez, un viernes al mes tenemos Avalancha Tanguera y seguramente con las Vacaciones de Julio haya alguna actividad para niños que todavía no la tenemos confirmada”
Arturo Echevarría – Director del Mercado Agrícola de Montevideo (MAM)
