Se realizó ayer como estaba previsto, la Marcha del 8M en Montevideo. La misma tenía como consigna “Frente al avance fascista, lucha feminista”. La proclama leída ayer señalaba “volvemos a tomar las calles, a denunciar todas las formas de violencia machista y patriarcal. Es un día de lucha por nuestras reivindicaciones más urgentes. Salud, trabajo, vivienda, educación y acceso a la cultura». A esto agregó «por salarios dignos, por seguridad social justa y solidaria, por una justicia con recursos, por políticas reales”.
En otra parte señala la proclama un rechazo a «todas las formas de autoritarismo, racismo, supremacismo y homonacionalismo que nos violentan los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales, étnicas y religiosas». También manifestaron su solidaridad con las mujeres congoleñas, sudanesas, haitianas, iraníes, kurdas, libanesas, «que resisten las violencias sobre sus cuerpos y su libertad». A la vez se exigió que Uruguay «corte todo tipo de relaciones con Israel y apoye sus iniciativas en el sur global de la ONU para acabar con la impunidad de sus crímenes”.
También se exigieron «programas estatales que solucionen el problema de la vivienda para mujeres en situación de violencia basada en género y sus hijos e hijas. Sin una alternativa real, las compañeras se ven condenadas a permanecer en el círculo de violencia».
Por otra parte, se informó que desde la marcha del año pasado 35 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas.
En la marcha se vio la presencia de varias integrantes de la política nacional. Entre ellas estuvieron la subsecretaria del Ministerio del Interior Gabriela Valverde, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mónica Xavier, la ministra de transporte, Lucía Etcheverry, la de Salud, Cristina Lustemberg y la de Industria y Energía, Fernanda Cardona. También varias legisladoras.
Mujeres judías
Un grupo de mujeres judías con banderas de Israel se concentraron en la Plaza Fabini y dijeron haber sido «discriminadas» por las organizadoras de la marcha principal. Junto a ellas estuvo la ex candidata a la vicepresidencia por el Partido Nacional, Valeria Ripoll la cual dijo que «se a partidizado la causa, pero me niego a dejar de participar. No estoy de acuerdo con discriminar absolutamente a nadie». Por otra parte, una vocera de este grupo señaló a la prensa «tenemos derecho a ser judías en nuestro país».
A su vez se registró en Plaza Independencia un incidente que no pasó a mayores. Un hombre gritó «fascistas» a las mujeres que estaban concentradas en el lugar. El mismo fue retirado por la policía del lugar.
Un proceso largo
En Uruguay, el camino hacia la conquista de derechos para las mujeres ha sido un proceso largo y lleno de luchas, marcado por avances significativos pero también por desafíos persistentes. A inicios del siglo XX, las mujeres uruguayas comenzaron a organizarse para exigir sus derechos. Movimientos feministas emergieron, impulsando la lucha por el sufragio femenino. En 1927, por primera vez se habilitó el voto de la mujer en un plebiscito de alcance departamental, el Plebiscito de Cerro Chato.
En 1932, Uruguay se convirtió en uno de los primeros países de América Latina en otorgar el derecho al voto a las mujeres. Durante las décadas siguientes, las mujeres continuaron enfrentando múltiples formas de discriminación.
Los años 60 y 70 trajeron consigo un cambio en el panorama. La Revolución Cubana y otros movimientos sociales en América Latina inspiraron a las mujeres a reclamar no solo derechos individuales, sino también un cambio estructural en la sociedad. La lucha por la despenalización del aborto y los derechos reproductivos comenzó a cobrar fuerza, aunque la resistencia cultural y política a estos temas era intensa.
El regreso a la democracia en 1985 abrió un nuevo capítulo en la historia de los derechos de las mujeres en Uruguay. Se comenzaron a implementar políticas públicas que promovían la igualdad de género, y se crearon organizaciones que abogaban por los derechos de las mujeres.
El movimiento Ni Una Menos, que surgió en 2015, fue un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres en Uruguay.
La lucha por la igualdad de derechos tiene una larga historia que no es lineal, sino que supone avances y retrocesos, no obstante la movilización de las mujeres ha reivindicado muchos derechos que hoy la equiparan con el hombre. Es una lucha que no acaba nunca y a la cual siempre llegan nuevos temas. En la actualidad se han agregado nuevos problemas a su agenda tales como los vinculados a la salud sexual y reproductiva, violencia, acoso sexual, orientación sexual, etc.
A lo largo de los años, se han logrado avances significativos, como la Ley de Violencia de Género en 2017 y la Ley de Interrupción Voluntaria
Insistimos en que se ha avanzado poco en la lucha contra la violencia de género y con protestas en 18 de julio no se consigue nada Hay que hacer talleres en los Centros comunales y con psicólogas con experiencia Hay mucho psicólogo recien recibido que no sabe cómo afrontar los casos complejos
De dónde saca la Sra Valeria Ripoll que la marcha de las mujeres se ha «partidizado»? En la marcha van mujeres del Partido Nacional, del Colorado, de Cabildo Abierto del FA y de las que votan en blanco. Tampoco se entiende de dónde surge la discriminación que dicen sufrir las mujeres judías. No ha trascendido que se dijera vengan todas menos las judías. La violencia, abusos y discriminación ono sufridaspor todas las mujeres por igual, sin importara etnia, religión o filiación política. Sí puede explicarse la impotencia de Ripoll por haber quedado afuera de todo. Es vergonzante que una candidata a la vice presidencia presente una lista propia y no entre ni de Diputada. No representa a nada ni a nadie. Si no consigue una changa como asistente de algún blanco en el Parlametneo o entra siquiera como edil (difícil, hay muchos blancos, colorados y cabildantes sin laburo), deberá volver a su puesto en la IMM.