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“Es muy lógico que el banco haya perdurado durante todo este tiempo como factor indisoluble de la sociedad uruguaya”, expresó.

Max Sapolinski: la Fundación Banco República es el “complemento” que faltaba

“Siempre los cambios generan resistencia, pero tanto la fundación así como los servicios del banco hicieron un gran trabajo, más la gran colaboración de la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, como curadora y conocedora; sumado a ese salón, que el turista cuando lo ve se impresiona, se formó una unidad que me parece espectacular”, concluyó.

“Es muy lógico que el banco haya perdurado durante todo este tiempo como factor indisoluble de la sociedad uruguaya”, expresó.

Educación, cultura, salud, deporte, ciencia, tecnología y medio ambiente son los otros sectores, además de los aspectos financieros, en los que el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) genera, apoya y patrocina acciones a través de su fundación. “Cumple algunos de los objetivos que una institución y un organismo como este debe tener, que es un acercamiento a la sociedad”, describe el 2do vicepresidente Max Sapolinski.

El BROU “es un poco más que un simple banco comercial”, entendiendo que es, en su criterio, “un protagonista invalorable del desarrollo de la civilización uruguaya”. Bajo el “rol de cumplir” con los productores y con la sociedad en general, “le faltaba un complemento”, recuerda, considerando una decisión “muy adecuada” la creación de la Fundación, que “tiene una labor de acercamiento y de cuidar el acervo del banco que es realmente impresionante y un orgullo patrimonial”.

En octubre se celebró la apertura del Museo del Gaucho y la Moneda en el hall principal de la casa central del banco, algo que Sapolinski considera “acertado” porque en el pasado circulaba “una gran marea” de personas pero “se fue volviendo poco funcional ante la modernización y la sede se trasladó”. En este marco, el contar con “este hall vacío era criminal, porque después del salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo es el más impresionante que hay en Uruguay y se cataloga como uno de los mejores a nivel americano”. Finalmente, se decide el traslado del museo, que anteriormente funcionaba en el palacio Heber Jackson, pero que por temas edilicios se encontraba cerrado con su acervo en cajas.

“Siempre los cambios generan resistencia, pero tanto la fundación así como los servicios del banco hicieron un gran trabajo, más la gran colaboración de la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, como curadora y conocedora; sumado a ese salón, que el turista cuando lo ve se impresiona, se formó una unidad que me parece espectacular”, concluyó.

 

En cuanto al recibimiento de la sociedad, cuando estaba posicionado como el más visitado educativamente, celebró la “muy buena receptividad” con visitas constantes de turistas y ciudadanos,  augurando un 2025 “con un fuerte incremento de visitas escolares”. En este sentido informó que solicitaron al Ministerio de Turismo que ingrese en el circuito de visitas turísticas de los cruceros.

 

Sapolinski leyó una frase de Carlos Vaz Ferreira que sumó a su columna en el libro del museo que dice: “La educación y la cultura son la base del progreso, sin ellas el desarrollo económico no tiene sentido”. Explica que “es justo la demostración de la conjunción de lo que implica el Banco República y lo que fue para este país, con la importancia de promover la educación y la cultura en beneficio del progreso”.

Consultado por el acervo del museo, explicó que se fue dando con el tiempo, mediante donaciones e incorporaciones. En esta oportunidad, entre risas, contó la anécdota de que en su despacho estaba la obra “Así muere un oriental”, de Juan Manuel Blanes, pero “me la sustrajeron sin mucho permiso para instalar en el museo”.

Haciendo una reflexión personal, expresó que “uno siente que va dejando alguna cosa, porque se va de los lugares que momentáneamente nos toca ocupar y entonces trata de dejar un aporte que vaya un poquito más allá del simple trabajo de un director”. Sapolinski recordó que, además del empuje del museo, para los 125 años del banco impulsaron la creación de un libro que contiene fotos de las 130 sucursales de todo el país. “Cuando uno está en estos temas tiene que realmente sentir que aporta cosas buenas para el banco y el país y no solo cumple las ocho horas diarias marcando tarjeta”, finalizó.

128 años y su pasaje por el banco

“Estamos muy satisfechos de lo que fue la gestión”, expresó ante la consulta del significado de las acciones del banco en una administración que pasó por una pandemia y una sequía. “El banco cumplió con el rol comercial, teniendo en cuenta que cuidamos el dinero de los uruguayos y no podemos ser irresponsables en la gestión, pero a su vez sentimos la obligación, porque es el mandato histórico del banco, de ayudar al desarrollo de la sociedad”, justificó sin analizar en profundidad. “El tema de la cultura está de alguna manera vinculado, la posibilidad para la gente de poder acercarse a todo esto, que es parte de las raíces, me parece que es un elemento muy importante que por suerte el banco pudo llevar adelante”, agregó.

Cerrando un nuevo año y transitando un nuevo aniversario del banco, Sapolinski menciona que para él “ha sido un orgullo” pertenecer al directorio porque “creo que aporté algo y además, aprendí mucho”. Recordó que a lo largo de su vida laboral transitó por varios organismos públicos, pero “lo que me dejó el banco difícilmente lo pueda comparar con los otros, porque por aquí pasa el verdadero país”.

“Uno acá conoce todo el país y todas sus realidades. Es muy lógico que el banco haya perdurado durante todo este tiempo como factor indisoluble de la sociedad uruguaya, porque la gente sabe que el banco es sólido, respondió en los peores momentos y la gente se sintió respaldada”, cerró.

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