Decenas de miles de personas se concentraron en el Zócalo, principal plaza de la capital Ciudad de México, para exigir «voto libre» en las elecciones presidenciales del 2 de junio, que perfilan al oficialismo de izquierda como gran favorito.
Los participantes denunciaron el intento del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de orquestar una «elección de Estado» que favorezca a la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, atraves de reformas al sistema electoral. Al día de hoy Sheinbaum lidera la carrera electoral con más del 60% de apoyo, según diversas encuestas.
«Hoy desde el poder quien llegó a ese primer piso por la libre voluntad de la ciudadanía pretende destruir esa escalera para que nadie más pueda transitar», dijo Lorenzo Córdova, expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE) y orador principal de la manifestación.
La oposición asegura que López Obrador busca restablecer capacidades y autonomía a la autoridad electoral mexicana, el INE, mediante una serie de reformas que envió al Congreso. También, acusa al presidente de izquierda de utilizar el aparato estatal para impulsar a Sheinbaum, quien tiene como principal rival a la aspirante de centroderecha y raíces indígenas Xóchitl Galvez.
La multitud agrupada en la plaza de la capital mexicana, conformada principalmente por ciudadanos de clase media que acudieron en familia o en grupos portando pancartas y vistiendo prendas de color rosa y blanco, respondió al discurso con frases como «¡Fuera López!» o «¡Que el Zócalo vibre, viva el voto libre»!.
En su discurso, el mismo Córdova insistió en que el gobierno actual viene sometiendo a un «acoso permanente» a otras instituciones que garantizan el equilibrio de poderes y la fiscalización, como la Suprema Corte o los organismos autónomos de regulación.
Alrededor de 90.000 personas acudieron a la plaza (según datos de la Secretaría de Gobernación), donde se encuentra el Palacio Nacional, residencia del presidente López Obrador, a protestar en contra del mandatario y dada la cercanía de las elecciones de junio de 2024.
La reforma criticada por la ciudadanía fue presentada por el presidente en el Congreso la semana pasada, en un paquete de 20 iniciativas. En ella, propone la desaparición del INE y la creación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), que tendría mayor injerencia por parte del Ejecutivo y competencias más reducidas. Además, busca que consejeros electorales y magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sean elegidos por voto popular; y reducir en un 50 % la financiación de los partidos políticos.
También disminuiría el número de congresistas, pasaría de 500 a 300 diputados y de 128 a 64 senadores; así como el número de participantes requeridos para que una consulta popular sea válida y vinculante: del 40 % al 30 %. Otro punto clave de la reforma es que eliminaría las candidaturas plurinominales, que se rigen bajo el principio de representación proporcional, con la que se toma como base el porcentaje de votos obtenidos por un partido en una región determinada para asignar más o menos lugares en el Congreso.
