Se han producido nuevas manifestaciones por un lado para exigir la vuelta de los rehenes secuestrados en la Franja de Gaza y por otro para pedir la dimisión del primer ministro israelí, al que acusan del actual estancamiento del conflicto.
La manifestación más multitudinaria ha sido una semana más la de Tel Aviv, donde se ha vuelto a cortar la autopista Ayalon con barricadas incendiadas. En esta ocasión la convocatoria a favor de la petición de elecciones anticipadas ha tomado la forma de acto internacional con la participación de diplomáticos de varios países y con representación de las banderas de las nacionalidades de los 132 rehenes retenidos en el enclave palestino.
Se ha proyectado así un mensaje grabado de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
«Son nuestros compañeros y sí, nuestros hijos. Deben ser liberados de inmediato. Se deben tomar medidas para traerlos de vuelta a casa de inmediato», ha apuntado.
En el acto ha estado el embajador austriaco en Israel, Nikolaus Lutterotti, que ha pedido la liberación de Tal Shoham, uno de los rehenes secuestrados en Gaza que tiene doble nacionalidad israelí y austriaca.
Después de los discursos ha habido enfrentamientos con la Policía y se ha informado de al menos un detenido por perturbación del orden público, recoge el diario ‘The Times of Israel’. Además los agentes han empleado cañones de agua para dispersar a los manifestantes. El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, ha criticado la actuación policial. «No se puede esperar nada del ministro de la Policía (Itamar Ben Gvir), pero el comisario (Kobi Shabtai) debe pararlo inmediatamente», ha argumentado en un mensaje en la red social X.
Lapid se refería a los incidentes violentos con manifestantes y a una agresión contra Gadi Kadem, quien perdió a seis familiares el 7 de octubre y que habría sido agredido por derechistas que portaban una pancarta con la frase «izquierdistas traidores». Hay dos detenidos y Kadem ha sido hospitalizado.