El último hombre que gobernó a la URSS falleció a los 91 años tras perder la batalla contra una enfermedad grave y prolongada, informan desde el Hospital Clínico Central de Moscú. Será enterrado junto a su esposa en el Cementerio Novodévichi, lugar de último descanso de distinguidas figuras de la historia de Rusia.
Fue jefe de Estado de la Unión Soviética de 1988 a 1991 y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1990.
Aunque estuvo en el poder menos de siete años, Gorbachov desató una serie de cambios impresionantes. Pero rápidamente lo superaron y resultaron en el colapso del estado autoritario soviético, la liberación de las naciones de Europa del Este de la dominación rusa y el fin de décadas de confrontación nuclear Este-Oeste.
Su personalidad estatal y política marcó el inicio de la perestroika y la glasnost en el país. Hizo una importante contribución al cambio de la situación política en el mundo. Fue presidente de la Fundación Internacional de Estudios Socioeconómicos y Políticos (La Fundación Gorbachov) y presidente de Green Cross International. También fue autor de varios libros y numerosas publicaciones en libros y revistas científicas.
Su poder fue minado irremediablemente por un intento de golpe en su contra en agosto de 1991, pasó sus últimos meses en el cargo viendo república tras república declarar la independencia hasta que renunció el 25 de diciembre de 1991. La Unión Soviética cayó en el olvido un día después.
Un cuarto de siglo después del colapso, Gorbachov dijo a The Associated Press que no había considerado el uso generalizado de la fuerza para tratar de mantener unida a la URSS porque temía el caos en un país nuclear.
“El país estaba cargado hasta los topes de armas. Y hubiera empujado inmediatamente al país a una guerra civil”, dijo.
Gorbachov, que asumió el poder frente a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1995, tuvo un papel muy relevante en el transcurso de la Guerra Fría entre el bloque soviético y Estados Unidos. De hecho, gracias a su apaciguamiento, el conflicto terminó sin derramamiento de sangre y por su papel de mediador fue premiado con el Nobel de la Paz en 1990. Sin embargo, no pudo evitar el colapso de la Unión Soviética, tras la perestroika de la economía de la URSS, que consolidó la apertura del bloque comunista a Occidente.
El gran reformador de la Rusia comunista fue secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1985 hasta 1991. Tras la disolución de la Unión Soviética, Gorbachov se mantuvo activo en la política rusa y en la era postsoviética expresó críticas a las reformas llevadas a cabo por el presidente de Rusia Borís Yeltsin, como el referéndum del 25 de abril de 1993, que buscaba ampliar sus poderes como presidente. Entonces, Gorbachov no votó y en cambio convocó nuevas elecciones presidenciales.
Condolencias de Putin
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha expresado sus «profundas condolencias» por la muerte del último líder de la URSS, Mijail Gorbachov, en una primera reacción en la que el Kremlin no ha valorado la figura del dirigente que puso fin a la etapa soviética.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha informado a la agencia de noticias Interfax de que ya el miércoles por la mañana Putin enviará un telegrama de condolencias a familiares y amigos de Gorbachov.
El Kremlin debe ahora decidir qué tipo de homenajes le brinda a un exdirigente que sigue generando ciertos recelos en los sectores más duros dentro de Rusia, ya que ven en él el símbolo del fin de una etapa de grandeza y no el impulsor de las reformas que tanto le reconoce Occidente.
UE: «un líder fiable»
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha descrito al exdirigente soviético Mijail Gorbachov como «un líder fiable y respetado» y ha dicho de él que, con sus reformas, «abrió el camino para una Europa libre».
«Desempeñó un papel fundamental para poner fin a la Guerra Fría y derribar el Telón de Acero», ha destacado Von der Leyen en su cuenta de Twitter. «No podemos olvidar su legado», ha añadido.