Desde su estreno el 29 de enero de 2024, Nezha 2: El niño demonio revoluciona el mar, ha reescrito la historia del cine chino. Con una recaudación global que supera los 15.019 millones de yuanes (2.090 millones de dólares) hasta mediados de marzo, la película se posiciona entre las cinco más taquilleras de todos los tiempos, superando a creaciones como Star Wars: El despertar de la Fuerza, consolida a la animación china como una fuerza imparable en la industria del entretenimiento. Este éxito no solo refleja el avance tecnológico del país, sino también la capacidad de su cultura milenaria para repercutir en un contexto global.
Un hito sin precedentes
La secuela de Nezha: El nacimiento del niño demonio (2019) no solo heredó el legado de su predecesora, que recaudó 5.035 millones de yuanes (700 millones de dólares), sino que lo multiplicó. Hasta el 15 de marzo, Nezha 2 acumulaba más de 15.300 millones de yuanes (2.12 millones de dólares) solo en China, extendiendo su proyección en cines hasta el 30 de abril. A nivel internacional, la cinta ocupa el quinto lugar en la taquilla mundial, incluyendo preventas y mercados extranjeros. Con una franquicia que supera los 20.000 millones de yuanes (2.790 millones de dólares), su director, Yang Yu, también conocido por su alias “Jiaozi”, se convierte en el primer cineasta chino en alcanzar esta cifra histórica.
Aparte de las ganancias, su éxito no solo está en los números, ya que la plataforma IMDb le otorgó una puntuación de 8,2 sobre un máximo de10, destacando su narrativa universal y su impacto visual.
Mitología y modernidad
El personaje de Nezha, retoma la historia de la deidad infantil rebelde de la mitología china, un personaje que ha sido adaptado en múltiples ocasiones, desde el clásico Nezha conquista al rey dragón en 1979, hasta la innovadora versión de 2019. La historia se basa en el tercer hijo del comandante militar Li Jing, que nació bajo circunstancias extraordinarias y de manera milagrosa después de un embarazo de tres años, emergiendo como un niño fuerte y travieso con poderes sobrenaturales. Este niño, desde muy joven demostró un gran valor al enfrentarse a monstruos marinos y diferentes tipos de demonios que amenazaban a su pueblo. En la primera entrega, para salvar a su familia y al pueblo de la ira del Rey Dragón, Nezha valientemente se suicidó, desmantelando su cuerpo. Su alma, fue resucitada más tarde en un cuerpo de flor de loto, haciéndolo inmortal. Posteriormente, se une al ejército Zhou para derrocar a la Dinastía Shang, convirtiéndose en un guerrero clave en el conflicto celestial llamado la “Investidura de los Dioses”; su historia simboliza rebelión, sacrificio y heroísmo.
En el caso de Nezha 2, esta entrega eleva la apuesta combinando elementos del budismo, taoísmo, el arte tradicional y la cultura Sanxingdui, una civilización de la Edad de Bronce cuyas máscaras de oro y ojos saltones inspiraron el diseño de las Bestias de la Barrera, los guardianes de áreas sagradas en la película.
El experto en cine de la universidad de Beijing, Chen Xuguang, declaró a la prensa nacional que “no se trata solo de animación, es una ventana a la riqueza de nuestra historia”. La película explora temas universales como la lucha contra el destino, la justicia social y la búsqueda de identidad, lo que explica su conexión con audiencias de todas las edades.
Tecnología y colaboración: Un nuevo amanecer para el cine
El salto en efectos visuales es otro de los pilares de su éxito, ya que el director Yang Yu, dirigió un esfuerzo colaborativo sin precedentes donde más de 130 estudios de animación aportaron cerca de 10.000 efectos especiales para la realización del film. Este ecosistema creativo no solo demuestra el crecimiento técnico de China, sino también su capacidad para unir talentos dispersos bajo una visión artística unificada.
Dentro de la película, se pueden observar escenas que requirieron meses de renderizado y detalles milimétricos en iluminación y texturas, dando como resultado, una obra que desafía los límites de la animación 3D, equiparable a producciones de Pixar o DreamWorks.
El éxito de Nezha 2 consolida a China como potencia cinematográfica capaz de competir con Hollywood en taquilla y calidad técnica, al igual que reivindica la narrativa local, historias arraigadas en milenios de tradición pueden, con una ejecución impecable, conquistar audiencias globales y llevar más allá la cultura de un país milenario.
Mientras su creador Yang Yu prepara la tercera entrega, la industria mira hacia el futuro. Con una generación de artistas formados en escuelas nacionales y estudios que atraen talento internacional, el cine chino no solo exporta entretenimiento, sino también una visión única del mundo.
