La de seguridad es una de las áreas en las que se puede esperar continuidad en las políticas pese al cambio de signo del gobierno. Sin embargo, un análisis del futuro ministro del Interior, Carlos Negro, sobre la guerra contra el narcotráfico generaron polémica entre las actuales autoridades y las entrantes.
Una década de marihuana legal en Uruguay: por qué la “rigidez” de la regulación dio lugar a un mercado gris.
Una de las sorpresas del gabinete de Yamandú Orsi fue la designación del ministro del Interior, la cartera que está a cargo de la seguridad. Durante la campaña electoral, el nombre del fiscal de Homicidios Carlos Negro no había aparecido como una figura cercana a quien sería el presidente electo y, de hecho, las opciones que trascendían para esa secretaría de Estado eran otros.
“El control del narcotráfico puede llevar a una disminución de la criminalidad. ¿Por qué digo control? Porque el combate, esta guerra, esta forma de denominar la lucha contra el narcotráfico, está perdida”, dijo Negro este martes pasado , entrevistado en el programa Informativo Sarandí de Radio Sarandí.
Antes de ser confirmado como futuro ministro, Negro era uno de los fiscales de Homicidios. Desde ese lugar, tenía un diálogo fluido con las actuales autoridades del ministerio.
“Lo que podemos hacer y, de eso hay evidencia, no estoy diciendo nada nuevo, es tratar de controlar un mercado que es tan lucrativo que hace que sea imposible su eliminación”, continuó el futuro funcionario.
Sus comentarios fueron criticados por el actual ministro, Nicolás Martinelli, en la red social X. “No podés entrar a la cancha diciendo que el partido está perdido. No es fácil, nunca lo fue, y te van a criticar desde todos lados, pero bajar la vara no es el camino”, escribió el funcionario saliente.
Martinelli agregó que no se puede “prometer lo imposible”, pero señaló que estar al frente de la cartera de seguridad “exige ambición y firmeza”. “Si damos la lucha por perdida, el crimen solo va a crecer. Controlar y reducir su impacto es posible, pero requiere convicción y trabajo constante. Cada medida, cada esfuerzo, debe apuntar a que el delito retroceda cada vez más. No es una guerra perdida si damos la pelea todos los días”, escribió en su mensaje.
En el gobierno actual esperan que haya “cierta continuidad” de las políticas de seguridad.
El foco del ministro Martinelli ha sido la “prevención y represión” del delito, lo que se conoce como “enfoque dual”. En la campaña electoral, Orsi afirmó que aplicaría esa estrategia.
“No creo que vuelvan para atrás en todo lo que hicimos porque hay muchas cosas que vienen saliendo bien. Sería arrancar de nuevo de cero”, declaró Martinelli a ese medio. “Cambiar todo, al menos durante los primeros meses, sería un riesgo. Si los delitos vuelven a dispararse de vuelve difícil de revertir porque es más complicado corregir ante la subida. Los resultados no solo dependen de un gobierno. Por eso insisto con que deben ser políticas de Estado. Apuesto a la madurez política”, dijo el ministro saliente.
Tras la polémica, Negro hizo una aclaración en la misma red social e insistió en el concepto de que la guerra contra el narco “está perdida”. “Dijimos que la fantasía de derrotar al narcotráfico ha fracasado con total éxito, acá y en todas partes del mundo. Incluso los que han dedicado mayor presupuesto a esta ‘guerra’ muestran resultados claramente adversos”, explicó.
Negro dijo que la solución está en “intervenir en forma inteligente para que las bandas no puedan combatir en forma violenta”. Esto, añadió, significa que es necesario “seleccionar los objetivos para mostrarles a los delincuentes más violentos que matar no es gratis”.
En la entrevista radial, el futuro jerarca fue consultado sobre la dificultad que existe para bajar las cifras de homicidios en Uruguay. Negro señaló que en dos años en gobierno de Orsi no logrará “bajar los índices de homicidio en forma importante”.
Consideró que prometer algo así sería “arriesgado”, pero aclaró que esto no significa que los asesinatos sean hechos impredecibles sobre los que nada se puede hacer. El futuro jerarca explicó que en general los crímenes ocurren “en determinadas zonas” y a “determinadas horas, en determinadas épocas del año, con determinadas armas, entre determinadas víctimas y victimarios, que tienen determinadas edades”, sostuvo.
Esto, explicó, son una serie de factores que hace “relativamente sencillo prever que en tal lugar, en tal época, va a haber homicidios”. “Ahí tenés un elemento como para determinar qué van a ocurrir hechos de violencia letal. Trabajar en esos lugares, a esas horas, en esa época del año, con presencia estatal determinada”, propuso. Esta presencia no puede ser exclusivamente de “saturación pura y dura” sino una “presencia estatal”, consideró.
Otra de las propuestas para la gestión es la de reflotar la policía comunitaria en el país, que debe acompañar “al esquema tradicional del policía que da palazos”.
El tema cárceles no escapa al problema seguridad.
Las cárceles uruguayas están cada vez más superpobladas y carecen de mantenimiento, características que el crimen organizado ha aprovechado para reclutar y expandirse en los países vecinos.
El número de personas encarceladas en Uruguay ha aumentado constantemente en los últimos 15 años, pasando de 8.324 en 2009 a 15.767 en 2024. El sistema penitenciario se encuentra actualmente al 121% de su capacidad, lo que convierte a la tasa de encarcelamiento de Uruguay en la 10ª más alta del mundo. Mientras tanto, el gasto por preso ha disminuido año tras año desde 2019, según datos del gobierno.
En 2023, el 40% de la población encarcelada se enfrentaba a “insuficientes condiciones para la integración social”, mientras que el 43% experimentaba “tratos crueles, inhumanos o degradantes”. El porcentaje de la población que entra en esta última categoría ha ido en aumento desde 2019.
Depende de que medidaa este dispuesto a adoptar un gobierno Bukele ha podido y en Rosario se ha pacificado despues que se ha amenazado al gobernador y a Patricia Bullrich Uruguay no esta dispuesto a semejantes medidas Trump ha declarado terroristas ak Tren de Aragua y otras organizaciones narco Vamos a ver los resultados
Parece facil liberar ek mercado de las drogas completamente pero no lo es
Cuando hablo al pedo y doy malos ejemplos:
El calvario del joven liberado en El Salvador tras dos años preso como ‘pandillero’
Desde que se estableció el estado de excepción en el país, en marzo de 2022, se han multiplicado las denuncias por detenciones arbitrarias.
Jonatan Edenilson Santos Castillo, de 22 años, fue liberado la mañana del miércoles después de haber pasado dos años y dos meses en prisión preventiva, gracias a la petición de la Fiscalía General de la República (FGR), según informó la organización Socorro Jurídico Humanitario.
Su caso es uno más de los centenares en El Salvador, desde que se estableció el estado de excepción en marzo de 2022 para luchar contra al violencia de las bandas organizadas, que denuncian que se han estado produciendo detenciones arbitrarias y violaciones de los derechos humanos.
La cara de este joven se convirtió en uno de los símbolos esgrimidos por movimientos y organizaciones que exigen la liberación de personas sin vínculos con pandillas detenidas por las fuerzas del orden.
Santos Castillo fue detenido la tarde del 26 de diciembre de 2022 en su domicilio, en el municipio de Soyapango, en presencia de su madre, sin orden de captura.
Dos policías llegaron a la vivienda a realizar un cateo, un procedimiento rutinario en aquel momento. A pesar de que revisaron el inmueble y no encontraron nada ilícito, se llevaron al joven señalándole de ser distribuidor de droga en su colonia. Dos días después fue enviado al penal de Ilopango.