No me digas princesa: Eva Duarte

Quien iba a pensar que una mujer de las afueras de Buenos Aires iba a llegar tan lejos, que con su juventud y simpatía iba a conquistar no solo a Perón; sino a toda una nación y fuera recordada eternamente.

Han habido varias mujeres al lado de grandes dirigentes políticos, sin hacer a ninguna menos (porque ya tendremos tiempo de presentarlas aquí), una de las más y mejor recordadas es nuestra referente de la semana en “No me digas princesa”: Eva Duarte, o como la recuerda su pueblo: “Evita Perón”.

María Eva Duarte Ibarguren nació en Los Toldos, Provincia de Buenos Aires, Argentina un 7 de mayo de 1919. Hija ilegítima de Juan Duarte y de Juana Ibarguren, vivió de una manera humilde en su pueblo natal, hasta los 17 años cuando huyó a Buenos Aires en busca de un mejor futuro. 

Para ponernos en contexto; Argentina se encontraba en un año crítico ya que había sido marcada por la conocida “Semana Trágica” en enero de 1919. 

La “Semana Trágica” comenzó con una huelga que finalizó con cientos de trabajadores, inmigrantes y judíos muertos. El origen del conflicto fue reclamos de trabajadores a sus empleadores por mejoras salariales, jornadas de 8 horas de trabajo, reincorporación de obreros despedidos, entre otras cosas. Sin llegar a acuerdos, la situación empezaba a salirse de control y los choques comenzaban a incrementarse; así como los aliados a la huelga también; trabajadores marítimos, metalúrgicos, obreros del calzado, curtidores, los trabajadores del tabaco, transporte y comerciantes.

El supuesto “orden” se recupero a la fuerza, reprimiendo y asesinando a los huelguistas; después de eso la ciudad se convirtió en una cacería de anarquistas, comunistas, inmigrantes y sindicalistas, así también contra la población judía.

La brutalidad con la que se manejó la situación, la represión ordenada por el gobierno y articulada por los propietarios contra los trabajadores, fortaleció el puño de hierro de la contrarrevolución de la cual el Ejército salió fortalecido. 

En los años venideros, esta institución tomaría tanto poder como para liderar el primer Golpe de Estado en 1930, justamente al mismo presidente que en enero de 1919 colaboró a restablecer el “orden” frente a las protestas obreras.

Volviendo a Eva Duarte, que nació pocos meses después de esta masacre, es increíble que todo lo que se manifestó en esta huelga ella lo tuviese en las venas y luchara durante su corta vida para lograrlo. ¿Coincidencia? 

Su vida en Buenos Aires

Llegando a Buenos Aires en 1935, comenzó su búsqueda laboral logrando desempeñar sus dotes de actriz, debutó en la compañía Eva Franco, consiguiendo papeles en radionovelas, los que le permitieron irse haciendo de cierta popularidad. Entre 1936 y 1942 interpretó varios papeles en cine, teatro y radio.

En 1944, en un evento para recaudar fondos para las víctimas del terremoto en San Juan, conoció al coronel Juan Domingo Perón, quien tenía en ese momento los cargos de secretario de Trabajo y Previsión y Ministro de Guerra en los gobiernos de facto de Pedro Ramírez y Edelmiro Julián Farrell. 

«Comenzó su carrera política en defensa de los derechos de la mujer y los sectores más vulnerables, acompañando a Perón en sus giras políticas y en la campaña presidencial de 1946, la cual ganó con una gran diferencia de votos.

A pesar de la popularidad, Eva Perón no aceptó ningún cargo político, pero si comenzó su labor de impulsar una política social desde la presidencia de una fundación que llevaba su nombre; la cual utilizó para brindar ayudas sociales a los más necesitados, financiando esto con fondos públicos. La institución creó también: hogares, escuelas, hospitales, la conocida Escuela de Enfermeras y proveedurías de alimentos. La Fundación Eva Perón logró que más de 13 mil mujeres consiguieran empleo entre 1948 y 1950.

Falleció a los 33 años, el 26 de julio de 1952; fecha que se declaró luto nacional y se decretaron tres días de paro para honrar la vida de Eva Perón. 

Fue un momento que quedó en la memoria, donde dos millones de personas se congregaron en las calles por donde pasó su féretro, en un velatorio que duró dos semanas.

En 1955, tres años después de la muerte de Evita, Perón fue derrocado por un golpe militar, se vio obligado al exilio dejando el cuerpo de su difunta esposa en Argentina. 

En su afán de borrar todo rastro de peronismo, los militares robaron el cuerpo de Eva para evitar que fuera venerado por sus fieles seguidores. La orden de desaparecer el cadáver, fue del presidente de facto Pedro Aramburu.

En 1970, el ya ex presidente Pedro Aramburu fue secuestrado por un grupo de seguidores de Perón para reclamar la devolución del cuerpo. En 1971 como gesto de reconciliación del gobierno militar que estaba al poder; es devuelto el cuerpo de Eva a Perón, quien se encontraba en España donde fue recibido el féretro.

Años más tarde, en 1974 Perón muere siendo presidente y asume su compañera y vicepresidenta Isabelita, quien se encarga de las gestiones para devolverle a los argentinos el cuerpo de su Evita; el cual fue depositado en el segundo sótano de la bóveda de la familia Duarte, a cinco metros bajo tierra, en el cementerio de la Recoleta, donde descansa hasta hoy en paz y a salvo.

Una historia que da para cuestionarnos como sociedad, ver hasta qué punto es capaz de llegar un grupo de personas con la enfermiza necesidad de eliminar todo rastro de esperanza y lucha que mueven a una nación entera; impulsados por el miedo a un pueblo unido, organizado y con los ideales claros. 

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